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Un fragmento de los códices de Tlaquiltenango, Morelos, de mediados del siglo XVI, será subastado el próximo 25 de abril en España. La casa de subastas Alabarte, que ayer presentó el catálogo que también incluye un inédito atribuido a Diego de Velázquez, estima para este trozo de manuscrito un precio de salida de 100 mil euros (casi dos millones de pesos).

Según la experta en libros y manuscritos antiguos Olga Román, se trata de un fragmento de códice que estaba pegado en las paredes del convento de Santo Domingo de Guzmán, de Tlaquiltenango, Morelos, que fueron descubiertos en 1909.

La casa de subastas indica que la pieza mide 35 centímetros por 20 centímetros, es de papel amate y en tinta negra. Asegura que pertenece desde inicios del siglo XX a una colección privada española y que en 2012 fue estudiado por el profesor de Historia de América de la Universidad Complutense de Madrid, Juan José Batalla.

EL UNIVERSAL solicitó al Instituto Nacional de Antropología e Historia su opinión sobre la subasta de este fragmento de códice, pero hasta el cierre de esta edición no hubo respuesta.

Este fragmento en venta, que presenta algunas rasgaduras, es en realidad una parte de una serie de códices que por siglos permanecieron ocultos en los muros de dicho convento y que fueron descubiertos en 1909 por el párroco del recinto, quien, con ayuda de un ingeniero, despegó seis fragmentos, los cuales fueron donados a la Biblioteca Nacional de Antropología e Historia (BNAH). Hacía 1911, en plena Revolución, el propietario del terreno en el que se asienta el convento, desprendió otros 135 fragmentos que después vendió al Museo de Historia Natural de Nueva York por dos mil dólares.

En 2014, la historiadora del arte Laura Hinojosa publicó el libro Quince códices en la memoria de un convento, en el que identificó que estos manuscritos estaban divididos en 345 piezas dispersas entre Estados Unidos y México.

En entrevista con este diario, la especialista señaló entonces que en esos 15 códices se registran los tributos y las cantidades que los indígenas de la región pagaban tanto a las autoridades civiles como a las religiosas.

En ese volumen, la historiadora daba a conocer por primera vez todo el corpus iconográfico de esos códices. Identificó incluso 207 fragmentos que aún permanecen adheridos a los frisos del claustro del recinto. Sin embargo, en esa investigación no se mencionaba la existencia de un fragmento en alguna colección de España. Ayer, la historiadora confirmó a este diario que desconocía el fragmento en ese país.

En 2014 la especialista advirtió sobre la desprotección en que se encontraban los fragmentos que todavía se conservan en el convento. “Urge trabajar con estos códices porque están muy a la mano y muy expuestos”, alertó entonces.

Con información de Notimex

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