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Los cuatro pegasos que flanquean la explanada del Palacio de Bellas Artes serán sometidos a trabajos de conservación en los próximos tres meses.

Las maniobras para la colocación de los andamios comenzaron desde el fin de semana.

Este martes por la tarde, mientras uno de estos caballos alados ya lucía enjaulado, un grupo de trabajadores continuaba con el armado de andamios alrededor de otra de estas esculturas realizadas por el escultor catalán Agustín Querol.

Consultado por EL UNIVERSAL, el Instituto Nacional de Bellas Artes (INBA) indicó a través de su oficina de Comunicación Social que esos trabajos de conservación consistirán en limpieza general de las esculturas, soldadura en fisuras y aplicación de capa de protección con cera.

La intervención cuenta con el aval del instituto y el proceso estará a cargo del taller de restauración de escultura del Centro Nacional de Conservación y Registro del Patrimonio Artístico Mueble (CENCROPAM).

Estos trabajos, indicó, tendrán una duración de tres meses.

En mayo de este año, restauradores e integrantes de foros dedicados a denunciar los daños al patrimonio habían denunciado en redes sociales el estado de conservación de estas esculturas de bronce, ya que lucían con manchas blancas, capas de polvo y algunas fisuras.

Lo que más llamaba la atención eran los escurrimientos de color verde sobre sus pedestales de mármol. En ese momento, los denunciantes advirtieron que podría tratarse de una mala intervención y que las manchas verdes en el pedestal pudieron haber sido provocadas por una pintura mal aplicada sobre el bronce y que al entrar en contacto con la lluvia habría causado escurrimientos.

En su momento, el INBA negó que se tratara de una mala intervención de las esculturas y señaló que las manchas en los pedestales habían sido provocadas por su exposición a la lluvia ácida y al medio ambiente.

Estos cuatro caballos alados a punto de emprender el vuelo permanecen en ese sitio desde los años 20 del siglo pasado y se han convertido en un conjunto escultórico de referencia.

Las cuatro piezas de bronce, fundidas en Europa, fueron originalmente pensadas para rematar el cubo de la sala principal del Palacio de Bellas Artes, pero luego fueron reubicadas en la explanada del recinto debido a su peso.

El artista español Agustín Querol esculpió estos pegasos por encargo del arquitecto italiano Adamo Boari, artífice de este recinto cultural que mezcla los estilos Art nouveau y Art Decó.

Cada una de estas esculturas de bronce está conformada por un caballo alado y dos figuras, una masculina y una femenina.

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