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erica.aviles@eluniversal.com.mx
A sólo unos 40 años luz de nuestro planeta existe una estrella como el Sol donde orbitan tres planetas con posibilidades de vida.
El Observatorio Austral Europeo (ESO) y la revista científica Nature dieron a conocer ayer la existencia de tres planetas similares en tamaño y temperatura a la Tierra y potencialmente habitables. Se trata de un descubrimiento de un grupo internacional de científicos. “Si queremos encontrar vida en otros lugares del Universo, ahí es donde debemos comenzar a buscar”, explicó el responsable del equipo de astrónomos, Michaël Gillon, del Instituto de Astrofísica y Geofísica de la Universidad de Lieja, Bélgica.
Estos planetas orbitan una estrella enana llamada TRAPPIST-1, que tiene sólo 11% del diámetro del Sol, es más fría y roja que nuestra estrella y se ubica en la constelación Acuario, a 40 años luz de la Tierra.
Aunque esta distancia resulta muy lejana, en realidad está más cerca que cualquier otro planeta con posibilidades de vida, e incluso, si se decidiera hacer contacto para encontrar vida inteligente, los científicos demorarían menos de 100 años para poder “hablar” con ellos.
Estos planetas que giran alrededor de TRAPPIST-1 tienen diferentes periodos orbitales. Dos de ellos tardan 1.5 y 2.4 días respectivamente, y el tercero tarda entre 4.5 y 73 días. Según los científicos, estos periodos orbitales son cortos porque los planetas se ubican entre 20 y 100 veces más cerca de su estrella que la Tierra del Sol.
Aunque por la distancia se pensaría que la cantidad de radiación que recibe es muy alta, a los dos planetas más cercanos llegan sólo cuatro y dos veces la radiación que obtiene la Tierra. El tercero es probable que reciba menos que la Tierra.
¿Estamos solos en el Universo? “Hace unos 100 años ó 50 años se pensaba que la Tierra era única en el Universo y que era el único lugar donde podía haber vida, ahora, que se han descubierto mundos nuevos y algunos que tienen agua, pensamos que puede ser muy común la existencia de vida”, dijo la astrónoma Julieta Fierro.
“Estos planetas están muchísimo más cerca de la Tierra, a 40 años luz de distancia, es decir, su luz tarda 40 años luz en llegar a la Tierra. Como están más cerca, son más fáciles de estudiar”, señaló la doctora de la UNAM.
“Actualmente se estaban buscando estrellas parecidas al Sol para ver si tienen planetas, y se han descubierto muchas, lo que pasa con TRAPPIST-1 es que la estrella es tan brillante que cuando pasa el planeta delante de ésta, opaca su luz”, explicó.
Fierro señaló que una de los aspectos más relevantes del descubrimiento fue que el telescopio que lo halló, TRAPPIST, ubicado en el Observatorio de La Silla en Chile, es “relativamente chico, es decir, que pronto habrá telescopios así de chicos dedicados a detectar este tipo de mundos”.
“Además, la estrella alrededor de donde giran estos planetas es más o menos del tamaño de Júpiter; se conoce como una estrella enana roja”.
De acuerdo con Julieta Fierro, éstas “son muy comunes en la vecindad solar. Son tan débiles que no se pueden ver con un telescopio común y corriente”. Señaló que son como “una estufa en casa, si prende la flama, se ve la flama, pero si se apaga la estufa ya no se ve luz, sin embargo, si se acerca la mano a la estufa se siente caliente, esto es porque el metal quedó caliente y es lo que se llama radiación infrarroja”.
“Esta estrella que se encontró emite este tipo de radiación, mientras no emita luz visible, sí produce calor, entonces estos mundos que giran en torno de ella están a una distancia tan cercana que están tan calientitos que pueda haber agua. Además se puede estudiar con mucha facilidad cuando los mundos pasan delante de ella y la atmósfera se ‘chupa’ parte de la luz de la estrella y así podemos saber de qué está hecha la atmósfera. Si la atmósfera de estos planetas tiene oxígeno es muy probable que ahí haya vida”.
En la búsqueda de evidencia de vida, “lo interesante sería saber si la vida en otra parte del Universo es similar a la de la Tierra o totalmente diferente.
“Si en estos mundos encontramos vida como la de la Tierra, pues es posible que haya existido sólo un evento que formó la vida en el Universo y que se fue diseminando a través de meteoritos o diferentes posibilidades. En cambio, si es diferente a los que conocemos, querría decir que hubo muchos otros eventos que dieron origen a la vida y esto sería muy interesante”.
Búsquedas anteriores. Esta no es la primera vez que se localizan planetas similares a la Tierra y con probabilidad de ser habitables, según Julieta Fierro, existen unos cinco o seis cuerpos similares al planeta azul, pero esta es la primera vez que se encuentran tan cerca de nosotros.
La última vez que se localizó uno, se hallaba a una distancia de mil 500 años luz. Ahora al estar tan próximos, es posible que “si un astrónomo joven de unos 20 años manda una señal (para contactarlos), a sus alumnos les llegaría la respuesta dentro de unos 90 años. Es muy probable que sepamos de ellos, y si ahorita empezamos a escucharlos con antenas de radio, podremos recibir señales muy rápido porque están tan cerca. Si hubiera vida inteligente, ya habrían recibido programas de radio que mandamos al espacio”.
¿Qué hace a un planeta posiblemente habitable? La también divulgadora científica agregó que existe una serie de características que hacen a un planeta apto para la vida:
“Lo primero es tener agua, o al menos en la Tierra, ya que toda la vida requiere de agua pues permite el intercambio de sustancias. También necesita elementos químicos diferentes al hidrógeno y al oxígeno, es decir, algún tipo de minerales porque la vida en la Tierra requiere de Nitrógeno, Carbono, Oxígeno e Hidrógeno”.
El hallazgo de TRAPPIST-1 y sus planetas ha entusiasmado a Fierro: “Me da muchísmo gusto que un telescopio tan sencillo haya encontrado esto, quiere decir que en realidad la astronomía de calidad está al alcance de todos, incluso de los países menos poderosos”.
(Con información de agencias)