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La intervención de una casona de principios del siglo XX en la esquina de Tonalá y Guanajuato en la colonia Roma Norte ha encendido, otra vez, las alarmas entre los vecinos. La fachada de esa casa azul de dos pisos, considerada de valor artístico por el Instituto Nacional de Bellas Artes (INBA), ha sido cubierta con mantas de color negro y blanco, mientras que en su interior trabaja un grupo de personas, lo cual ha disparado las alertas entre los lugareños que desde hace varios años han emprendido una lucha en defensa de las joyas porfirianas que caracterizan a esta zona de la capital.

Desde hace dos años, organizaciones vecinales alertaron al INBA, a la Secretaría de Desarrollo Urbano y Vivienda (Seduvi) y a la delegación Cuauhtémoc sobre las obras que se realizaban en este predio marcado con el 168 en Guanajuato y el 120 en Tonalá.

“Pusieron sellos de clausura, pero otra vez ya comenzaron las obras. Van a terminar construyendo un edificio, cuando no tenían por qué haber podido”, denunció Mayela Delgadillo, integrante del comité vecinal de la colonia Roma.

La subdirección de Patrimonio Cultural Urbano de la Seduvi confirmó a este diario que la casa está dentro del listado de inmuebles de valor artístico del INBA y está considerada de valor urbano arquitectónico por dicha Secretaría. Las obras en el inmueble, aseguró, cuentan con el visto bueno del INBA para “la conservación, adecuación y rehabilitación del inmueble” (oficio 2230-C/1073 y 1324-C/0642), y posee un dictamen técnico favorable “en materia estrictamente de conservación patrimonial para la intervención mayor de inmueble de referencia y que consiste en: demoliciones parciales y modificaciones de espacios interiores”, emitido por la Seduvi en un oficio fechado el 4 de abril de 2013, que fue revalidado en 2015.

Sin embargo, después de casos constantes de destrucción, los vecinos temen que las obras que se realizan en el predio vayan más allá de una simple rehabilitación en el inmueble. “El problema es que las autoridades dan los permisos para un tipo de obra, pero casi nunca hay una verificación de que las cosas se están haciendo bien y cuando menos nos lo esperamos la casa ya desapareció”, afirmó Delgadillo.

A unas cuadras de allí, en Yucatán 148, hay un caso similar. Una casona de dos niveles está siendo destruida para transformarla en un bar, a pesar de estar catalogada y no contar con los permisos del INBA.

Historias como éstas se repiten en cada cuadra de esta colonia que se ha caracterizado por su riqueza arquitectónica y que, desde hace unos años, se ha convertido en uno de los sitios de moda de la capital.

Según datos proporcionados por la Seduvi, en las colonias Roma Norte y Sur hay unos mil 891 inmuebles de valor artístico, lo cual lo convierte en el perímetro con más elementos de valor patrimonial del siglo XX en todo el país. La riqueza arquitectónica del área es tal que tan sólo en la parte Norte existen 18 Monumentos Artísticos de los 50 que el INBA ha declarado en todo el país. Sin embargo, como en otras zonas de la capital, sus joyas porfirianas e inmuebles característicos están a merced del desarrollo inmobiliario, principalmente por la opacidad de las herramientas de protección y la desactualización en los ordenamientos legales vigentes.

Desde 2013, por ejemplo, la Seduvi tiene en sus manos un “Catálogo de inmuebles y elementos afectos al patrimonio cultural urbano de las colonias Roma Norte y Roma Sur” que encargó a especialistas de la UAM-Xochimilco con el fin de actualizar el catálogo vigente de elementos artísticos de la zona. Dicho documento costó un millón 495 mil pesos, asignados por la Asamblea Legislativa del DF, fue entregado en 2012, pero hasta la fecha no funciona porque “no se ha publicado formalmente en ningún instrumento normativo de desarrollo urbano”.

Ese catálogo, explicó en entrevista el arquitecto Francisco Javier Soria, quien fue el responsable del proyecto, se hizo con el fin de actualizar el “Listado de elementos del Patrimonio Cultural Urbano” del Programa Delegacional de Desarrollo Urbano para Cuauhtémoc, que hasta ahora es la herramienta que jurídicamente tiene efectos para la protección de los inmuebles de valor artístico e histórico en dicha demarcación. En ese documento, publicado en septiembre de 2008, de la Roma sólo están “formalmente protegidos” mil 608 predios de los mil 891 que la Seduvi asegura tener registrados. Mil 325 de ellos corresponden a la parte Norte y 355 a la del Sur.

Según el investigador de la División de Ciencias y Artes para el Diseño de la UAM-Xochimilco, el proyecto se realizó entre 2011 y 2012 y recomendó a Seduvi incluir otros 283 inmuebles con valor artístico en el nuevo listado que se publicaría en el Programa Parcial de Desarrollo Urbano de la Colonia Roma, el cual sigue pendiente.

“La idea era tener un universo más completo. Aunque de entonces a la fecha ya desaparecieron varios de los edificios que estaban en el listado, están demolidos o sólo queda la fachada”, dijo. De hecho, añadió, cuando se hizo ese estudio no se encontraron unos 90 inmuebles que se supone que estaban catalogados.

“No sé por qué la Seduvi no ha querido sacar el catálogo a la luz… lo han metido en un cajón y me parece un desperdicio porque tenía cosas importantes, además de que se hizo con dinero público”, declaró.

Además de incluir inmuebles relevantes de los años 50 y 60, proponía diversos niveles de protección, los cuales definirían los niveles de intervención para cada inmueble. Incluía edificios con valor excepcional, que es el máximo nivel de protección (37 de ellos en la Roma Norte y cuatro en la Roma Sur); relevantes, representantes de un estilo arquitectónico; así como diversos inmuebles ambientales, los que a pesar de tener una arquitectura modesta, mantienen el ambiente y el contexto arquitectónico que caracteriza a la zona. Más de 50% de los inmuebles incluidos en el catálogo son parte de esta última categoría.

El catálogo, comentó el arquitecto, daba las pautas para intervenir los inmuebles de acuerdo a su nivel de protección sin afectarlos.

“No estoy en contra de que intervengan el patrimonio, pero tienen que conservar lo máximo”, opinó.

Para ello, añadió, las instituciones tienen que dejar de ser tan restrictivas y fomentar instrumentos de gestión del patrimonio más dinámicos. Y, por su parte, las inmobiliarias tienen que entender que si continúan demoliendo “van a acabar con la gallina de los huevos de oro” porque, sostuvo, cuando empiece a perderse el equilibrio arquitectónico y la traza que ha caracterizado a la colonia Roma, comenzará a ser menos atractiva.

Consultado sobre dicho catálogo, la Dirección del Patrimonio Cultural Urbano de la Seduvi aseguró que sí se toma en cuenta como información técnica ante las solicitudes de trámites, pero al no estar publicado dentro de un instrumento normativo, “es solamente una valiosa investigación y análisis del territorio” que carece de efectos jurídicos. Añadió que en su momento se incorporará al Programa Delegacional de Desarrollo Urbano de la Delegación Cuauhtémoc.

Para entonces, de algunas casonas porfirianas quizá sólo quede el polvo o la fachada.

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