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Con la celebración de 20 años de carrera, Onix Ensamble presentó ayer en la Fonoteca Nacional su nuevo material discográfico, Furia y silencio. Es un disco virtuoso gracias al trabajo de cada integrante del ensamble: Alejandro Escuer en la flauta y como director artístico; Fernando Domínguez, clarinete; Edith Ruiz, piano; Abel Romero, violín y Edgardo Espinosa, violonchelo.

En entrevista, Escuer señaló que el origen e inspiración del disco es la situación actual que vive México. “Las piezas están vinculadas con la realidad social, la violencia y los cambios que ha sufrido el país. Es importante para nosotros expresar inquietudes a través de la música, justo ahora que México necesita tanto al arte”, aseguró.

Las piezas de Furia y silencio ahondan en temas trascendentales del país, por ejemplo, “Silencio en Juárez”, compuesta por Juan Pablo Contreras, hace referencia al asesinato de un grupo de jóvenes que fue confundido con una cuadrilla de narcotraficantes.

Los testimonios de furia, canto y musicalidad que conforman el disco están seguidos por un silencio esperanzador. “Pienso en el Laberinto de la Soledad, de, como reflejo de lo que somos, y en la obra de como la búsqueda de nosotros mismos a través de la contemplación y del silencio”, comentó.

Sin embargo, ¿qué sería de la personalidad mexicana sin el humor y las tradiciones?, dentro de Furia y silencio también hay piezas vibrantes y alegres, en alguna de ellas incluso se percibe un corrido. “Queremos sensibilizar al público a la música contemporánea, lograr que descubran que en la combinación de sonidos existe una pasión artística creada para el público”, finalizó el músico.

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