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El eje conductor que determina el libro “De armas tomar. Feministas y luchadoras sociales de la Revolución” , es la rebeldía, tal como lo señaló el historiador y abogado Ángel Alberto Adame, quien celebró que el legado de aquellas feministas y luchadoras sociales que él reunió en breve semblanzas en el libro esté ahora en tan buenas manos, en las manos de las mujeres contemporáneas que luchan día a día.
Durante la presentación de su libro, celebrada este mediodía en la sala Manuel M. Ponce del Palacio de Bellas Artes, donde el colaborador de EL UNIVERSAL estuvo acompañado por Karla Iberia Sánchez, Mariana Pedroza, César Ramos Arístides y por Elena Poniatowska a través de un video grabado.
Allí, Ángel Gilberto Adame dijo que este mosaico, amén de representativo, pretende explorar las circunstancias contingentes que permitieron a esas mujeres desafiar las relaciones jerárquicas de un país lamentablemente ufano de su cepa machista.
“Son semblanzas sin intención agiográfica pero que aspiran a fortalecer el reconocimiento de la influencia femenina en la historia nacional. Estamos hablando de mujeres que actuaron entre 1910 y 1915, la reforma constitucional que aprobó el voto a la mujer es del 17 de octubre de 1953, antes de eso las mujeres eran una cosa para la ley mexicana”, señaló Adame.
Elena Poniatowska, dijo en el video que estas mujeres que no se dejaron aplastar por el peso de su tiempo. “Su característica fue luchar en la Revolución, sí lucharon muchísimo por ser ellas mismas, yo sólo de ellas conocí a Palma Guillén, que estaba casada con un español, conocí a Clementina Batalla esposa de Basolls, que estaba siempre cosiendo los vestidos de primera comunión de sus nietas; a Eulalia Guzmán, con quien viajé a Alemania y Austria antes de los 60, una mujer muy luchadora que estaba a punto de encontrar los huesos de Cuauhtémoc; era una muer de izquierda”, dijo.
Poniatowska dijo también que ella escribió sobre Tina Modotti y sobre Juana B. Gutiérrez de Mendoza que tuvo una imprenta y fue familiar de Andrea Gómez, una gran grabadora mexicana miembro del Taller de la Gráfica Popular.
“Muchas de las vidas de estas mujeres me fascinan y celebro mucho que Ángel Gilberto Adame las haya rescatado. Las mujeres son las grandes olvidadas de la historia, las mujeres aquí en México eran las soldaderas, les llamaban 'galletas de capitán', 'colchón de tripa' de los soldados, pero sin soldaderas no hay Revolución Mexicana”, afirmó.
Dijo además que es muy importante que las mujeres crean en ellas mismas. “Yo soy feminista desde hace muchísimos años y creo que todas las mujeres deberían de ir a la escuela y repartirse las tareas en el hogar”.
Por su parte, Karla Iberia Sánchez, reconoció la labor de investigador de Adame. “Aquí entran mujeres de todos los tamaños y formas, Revisó, hojeó lo que nadie había hojeado, lo que estaba guardado, lo que nadie había hojeado y deshiló dedicadamente y con enorme respeto la vida de estas mujeres que necesitamos conocer”.
Al final, César Arístides, editor de Aguilar, dijo que estas doce mujeres son los personajes entrañables. “Ángel Gilberto Adame no se ocupa sólo de las soldaderas, sino de esos primeros brotes intelectuales de mexicanas que sin pretensiones feministas, sin pretensiones de crear bandos cerrados radicales lo que buscan es tratar de encontrar justicia en un país que se debate entre la violencia, la muerte, la cerrazón y literalmente lo que se conoce como la bola”.
El editor del libro dijo que este trabajo de Adame es un acto de justicia para entender a estas mujeres que en su tiempo fueron editoras de periódicos revolucionarios, que no se limitaron a ser sólo educadoras de los niños sino también se atrevieron a exponer su verdad, exponer su realidad, su descontento social y abrirles los ojos a los hijos, a los compañeros y a aquellos que estaban en el frente.
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