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yanet.aguilar@eluniversal.com.mx
La obra de la escritora Elena Garro está más viva que nunca, varias antologías y nuevas ediciones de sus cuentos, novelas y teatro han sido publicadas en el marco del centenario de su nacimiento, que se cumple el 11 de diciembre, sin embargo, algunas de esas ediciones han protagonizado polémicas y han tenido que ser retiradas de circulación.
Es el caso de Cristales de tiempo, un libro de “poemas inéditos” editado por la Universidad Autónoma de Nuevo León, con edición, estudio preliminar y notas de Patricia Rosas Lopátegui, a quien Garro nombró representante literaria y quien en su calidad de representante tiene en su poder buena parte del archivo de la dramaturga fallecida el 22 de agosto de 1998.
Jesús Garro Velázquez, sobrino y heredero de la autora de Recuerdos del porvenir, ha interpuesto una demanda contra la Universidad Autónoma de Nuevo León (UANL) y contra Rosas Lopátegui por robo y abuso de confianza. Dice que no sólo no dio autorización para la publicación del volumen sino que además el libro contiene poemas que él ya había publicado en Elena Garro en la intimidad, de 2009.
Cristales de tiempo, del que se tiraron mil ejemplares y que tendría dos presentaciones en la Ciudad de México en julio pasado, es un libro editado con recursos públicos al ser la UANL una universidad pública.
En entrevista, Jesús Garro asegura que la demanda la interpuso el 20 de julio contra Patricia Rosas Lopátegui y cuatro funcionarios de la UANL, entre ellos el rector Rogelio Garza Rivera y la secretaria general, Carmen del Rosario de la Fuente García. EL UNIVERSAL posee una copia de la demanda.
“La Universidad ha tratado de llegar a un acuerdo, nos ofreció dinero. La verdad es que no queremos dinero. Yo quiero que pague la señora, porque además el libro no dice que es compiladora, aparece como la titular. Yo soy el heredero universal de la obra de Garro y Helena Paz. Con qué derecho está publicando ella cosas, dónde está la autorización, es una falta de respeto hacia Garro. Se supone que ella tiene el poder que le diera Helena Paz, pero como su representante literaria, no es la heredera ni tiene los derechos. Nunca le dio nada”, señala Jesús Garro Velázquez.
Raquel Steinmann, esposa de Jesús Garro y quien trabaja también el archivo de Elena, asegura que los poemas que incluyó Patricia Rosas Lopátegui sí son poemas de Garro, pero lo que acusan los herederos directos y en lo que fundamentan la demanda por robo y de abuso de confianza es que Rosas Lopátegui tomó al menos tres poemas de los que ellos poseen los originales, y que además esos textos Patricia los sustrajo con engaños hace años.
“Está demanda Rosas Lopátegui y la Universidad (Autónoma) de Nuevo León, porque es robo, plagio. La palabra plagio legalmente no existe, entonces es robo. En el libro que ya fue retirado de circulación hay un poema donde Elena Garro, en el 36, termina a Octavio Paz, pero está escrito a lápiz; ¿quién lo puede tener si yo lo tengo aquí?, con qué derecho tu vas a publicarlo si yo ya lo saqué, ya lo publiqué?”, dice Jesús Garro.
Además de “La carta de ruptura”, Jesús y Raquel señalan que ellos tienen los originales de otros dos poemas: “Lola” y “El ensueño”, que ni en su libro de 2009 ni en el que editó la UANL está completo porque en la revisión del archivo apenas hallaron otro fragmento.
Ante la solicitud de que la UANL aclare este hecho, la respuesta a EL UNIVERSAL, vía correo electrónico, es: “La Universidad Autónoma de Nuevo León reconoce y valora las obras de Elena Garro en una coyuntura cultural que registra el siglo XX como torales en el devenir del desarrollo de las letras en Latinoamérica. En ese contexto y actuando de buena fe, la UANL suscribió un contrato con la C. Patricia Rosas Lopátegui, quien se ostenta como titular de los derechos de la obra de Elena Garro, sin embargo, al aparecer una disputa respecto a la titularidad de los derechos a que se hacen alusión, la UANL se abstuvo de difundir y distribuir la obra objeto del contrato, dejando a salvo y en paz los derechos de la señora Patricia Rosas Lopátegui y de quienes presuntamente se ostentan como titulares de los mismos”.
Otro libro que podría generar una nueva demanda es la edición de que en España hizo Dárcena de Reencuentro de personajes, que habla de Elena y su relación con Paz, Bioy Casares, García Márquez y Borges. Jesús Garro escribió a los editores: “Pensé cuando solicitaron la obra Rencuentro de personajes, que ustedes eran una editorial profesional y seria, no una revista amarillista de chismes. Para empezar ponen una faja ‘misogena y machista, mas un epílogo que denigra, ofende y humilla la imagen de Elena Garro. Un epílogo del que nunca se hablo en nuestro trato, y jamás fue autorizado”.
Los tesoros inéditos. A pesar de que el archivo personal de Elena Garro está separado, una parte está en la Universidad de Princeton y la otra en poder de Rosas Lopátegui —a quien en varias ocasiones han acusado de ladrona por sustraer con engaños buena cantidad de papeles—, Jesús Garro tiene en el departamento de Cuernavaca, donde Elena Garro vivió sus últimos años, varios mecanuscritos y manuscritos de la narradora y dramaturga.
Uno de sus más grandes tesoros es el primer diario que Elena comenzó a escribir en 1932, a los 15 años. El cuaderno en letra manuscrita llega a 1935, justo donde se encuentra el pasaje en el que escribe que ha conocido a un joven guapo, apuesto, de ojos azules y boca apretadita llamado Octavio Paz. Jesús Garro y su esposa trabajan en una biografía para dar cuenta del valor de la obra de Elena. “Garro echó una raya en el agua con su literatura y no puede desaparecer eso que es tan importante”.