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yanet.aguilar@eluniversal.com.mx
Mónica Lavín acepta que es curiosa y preguntona, que le apasiona la vida de los otros, más aún si son mexicanos que conquistan el mundo. Con esa curiosidad conversó con Alondra de la Parra, Daniel Espinosa, Daniel Giménez Cacho, Elena Reygadas, Elisa Carrillo, Élmer Mendoza, Enrique Norten, Enrique Olvera, Gael García Bernal, Guillermo Arriaga, Horacio Franco, Javier Marín, Jorge Volpi, Lourdes Almeida, Michel Rojkind, Rafael Cauduro, Rolando Villazón, Rosa Beltrán y Tatiana Bilbao.
Con ellos construyó Mexicontemporáneo (Aguilar), un retrato de 19 pintores, cineastas, arquitectos, escritores, actores, músicos, chefs, diseñadores y bailarinas, que hablan de su obra artística, de sus pasiones y de México.
El libro de la colaboradora de EL UNIVERSAL incluye imágenes de los creadores realizadas por Paul Brauns. Luego, tras este libro, Mónica Lavín retomará su novela, muy ambiciosa porque será contemporánea y se sitúa en la Ciudad de México.
Allí está el día en que Élmer Mendoza abandonó la ingeniería para dedicarse a la literatura, cuando Horacio Franco escuchó un concierto de flauta y dijo: “Eso quiero producir yo”; el momento en que Giménez Cacho dejó la física y se metió al teatro; Rojkind, cuando descubre la arquitectura o Cauduro entra a la plástica.
¿Es la revelación de la creación?
Son los descubrimientos de dónde está lo que yo quiero ser y a ver cómo me va, me parece que homologa a estos creadores, unos lo tenían muy claro desde muy chicos, pero la mayoría no.
¿Tu vocación es curiosear?
Algo que me ha movido siempre es la curiosidad. Creo que escribir ficción es hacer preguntas que respondes a través de las historias que imaginas o con documentación cuando es histórica. Siempre tengo curiosidad por los otros, reales o no, y estas conversaciones satisfacen mi curiosidad y son mi regreso a la ruta de andar de preguntona.
¿Son conversaciones donde les desnudas el alma?
Me interesa saber lo que hay detrás, sus intenciones, de dónde vienen. Aquí la gran pregunta es cómo llegaron a ser los que son, y el momento en que descubren su vocación y cómo le hacen a partir de ahí, saber qué persiguen, cómo colocan a México en sus búsquedas, en su procedencia y cómo lo visualizan a futuro. Somos un país muy potente en las propuestas creativas.
¿Son historias para estimular?
Son conversaciones que te involucran emocionalmente, además de tener curiosidades y buscar datos concretos y específicos, al conversar estás viajando con ellos, los estás viendo de jóvenes, estás viendo a Gael en Londres durante la huelga de la UNAM, a Enrique Olvera emprendiendo una profesión que parecía excéntrica; están, sobre todo, comprendiendo el sentido de cercanía de salir del país, pero volver.
¿Querías hacer un retrato de 19 mexicanos en su espacio?
Cuando podía estar en sus espacios personales tenía la posibilidad del fisgoneo, los escritores fisgoneamos, podía ver la ventana que da al jardín, los cuadros que cuelga, el sillón que tiene, qué lugar ocupa la cocina, todo eso es material para saber más. Podía ver los gestos, cómo van vestidos, de qué manera rápidamente dicen sí a la conversación o te cuesta trabajo.
Nunca se van de México
Me interesa ver cómo vivimos este mundo internacional, muchos de estos mexicanos están en otros lados, les duele la distancia de México, como a Elisa Carrillo, por ejemplo, pero difícilmente el ballet le hubiera dado aquí la oportunidad que tiene en Berlín.
¿Mexicanos que aman a México?
En todos hay un vínculo del dolor que les causa la situación actual que vive México y por otro lado la fascinación. Es que sí somos un país fascinante, interesantísimo, nuestro mestizaje, en nuestra variedad regional, en nuestro gran amor por la vida y, paradójicamente, en nuestra furia o rebeldía de por qué no somos un país mejor.
¿Historias que nos muestran un México con mucho talento?
Sí, que hay un México vivo, intenso, fascinante del cual sentirse muy orgulloso y conocerlo y esperar que este México tiña la manera en que nos despertamos todos los días. Son creadores que están experimentando, buscando, rebasando sus propias circunstancias y quizás buscando una voz para su propio país en esta globalización.
¿Un mapa de creadores que sólo en un libro podían estar juntos?
Es imposible juntar a estos creadores, pero tenerlos en el libro es como si los tuvieras en una fiesta y tener la oportunidad de sostener estas conversaciones con cada uno de ellos.
¿Era importante que fueran creadores de distintas generaciones?
No se trataba de entrevistar a la generación que ya ha alcanzado la gloria, sino a la generación que sigue, tampoco queríamos sólo a la más emergente, sino por ejemplo a mujeres jóvenes que en este tiempo también son creadoras, empresarias y madres. Hay personajes de treinta y tantos años y de poco más de 70, como Rafael Cauduro.
¿Das cuenta de un país potente?
A mí me encanta que Pujol lleve la cocina mexicana a Nueva York, es una manifestación de: “Miren, no es simple México”, “no se puede reducir como lo hace Trump a tres palabras denigrantes”. México es muy complejo, yo por eso digo que este es un libro anti Trump, pero también Giménez Cacho me decía el otro día: “¡Es que hasta los tacos al pastor son anti Trump!” Tiene razón. No somos un cliché, somos un país que se puede leer desde diferentes ángulos y éste es una invitación a leerlo desde un pequeño sector de creadores internacionalmente conocidos.