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Elena Garro (1916-1998) nunca quiso ser una mujer que tuviera que agradar, ambicionaba ser reconocida como una artista de la palabra, lo que ocurrirá en cuanto su obra menos conocida regrese a las librerías, llegue a las bibliotecas y sea abordada por los jóvenes, aseveró el escritor Geney Beltrán.
En entrevista, Beltrán, encargado de la selección y prólogo de Elena Garro. Antología, que será dada a conocer el próximo viernes por editorial Cal y Arena, aseguró que el Centenario del natalicio de la escritora y dramaturga mexicana será la oportunidad para hacer a un lado la percepción negativa de su persona.
Y es que, en su opinión, a quien fuera esposa del premio Nobel de Literatura Octavio Paz (1914-1998), se le debe considerar, sin regateos ni rencores, como una destacada voz literaria.
"Esta conmemoración -añadió Beltrán- permitirá que se vuelvan a poner en circulación sus obras menos conocidas y que sea leída por jóvenes que no supieron nada de su vida, andanzas y pleitos, que la lean estrictamente como literatura, lo que permitirá exaltar la figura literaria de Garro".
El escritor destacó la importancia de la más reciente reunión de trabajos de la autora de Recuerdos del Porvenir, ya que, aseguró, recupera los principales géneros en los que destacó la narradora y reúne materiales que no se consiguen con facilidad.
Este trabajo reúne sus dos etapas principales, la primera que parte desde sus inicios hasta su exilio y la segunda que arranca en 1980 con Andamos huyendo Lola.
Periodo, añadió, que es mucho más amplío, menos conocido y editado, y esa es la gran aportación de esta antología, dijo, "ya que permite conocer con mayor profundidad a esa segunda Elena Garro".
Finalmente, Beltrán se manifestó por dar a Garro el lugar que merece, "como la más grande escritora de la literatura mexicana desde Sor Juana Inés de la Cruz y la mejor del siglo XX, lo que le fue negado por ser una autora rebelde, incómoda y crítica".
sc