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El artículo que Itzel Cisneros publicó en la revista Espéculo nunca fue unilateral, pues ella lo incluyó en su documentación al momento de solicitar su ingreso al doctorado en Literatura Hispánica en El Colegio de México (El Colmex), sostiene Rafael Olea Franco, presidente de la Junta de Profesores del Centro de Estudios Lingüísticos y Literarios (CELL) de esta institución. Refiere que este antecedente se valoró al decidir su expulsión en agosto de 2015 por plagiar en ese texto fragmentos de la tesis de licenciatura de la investigadora Raquel Barragán. En respuesta al abogado defensor de Itzel Cisneros, quien enfrenta la reposición del proceso de expulsión a partir de un amparo otorgado por un juez en Materia Administrativa, el investigador defiende la autoridad académica de El Colmex:

“No estamos en ninguna causa penal ni de derechos de autor. Estamos en un caso de originalidad académica”.

El abogado defensor refiere que este tema compete a tribunales e instancias administrativas, como Indautor.

Nosotros estamos usando el concepto de “fraude académico”, “falta de honestidad intelectual” y “falta de originalidad académica”. Uno es el término que tiene repercusiones legales. El otro sentido es el académico. Todo insumo que nos sirve para la discusión, ya sean las obras literarias o las críticas, debe estar citado, entrecomillado y en la bibliografía. Si la mano judicial interviene para decir que una institución académica no puede sancionar algo así, sería gravísimo para nuestra vida cotidiana, académica e intelectual.

Otro aspecto importante es que cuando los aspirantes solicitan su ingreso a un programa de doctorado nos entregan copia de su tesis y los trabajos académicos que tengan y consideren relevantes. Esta persona (Itzel Cisneros) entregó ese artículo publicado en Espéculo, fue uno de los insumos para aceptarla.

¿El currículum sería una prueba para determinar que tomó indebidamente fragmentos de la tesis?

Desde un principio. Esta persona entregó el artículo cuando solicitó su ingreso. Naturalmente, en ese momento los encargados de la evaluación no tenían posibilidades de detectar el fraude. Los que lo detectan en una primera lectura suelen ser los autores.

La defensa de Itzel Cisneros dice que esta prueba es un documento unilateral en el que ella no participó.

En sus alegatos de defensa mencionaba que si se publicó ese artículo con su nombre, ¿quién está seguro de que es ella? Esta idea cuestiona todo el sistema de publicaciones. Además, en el reportaje que publicaron ustedes el lunes, esta persona dice que no se pudo defender porque estaba en Europa. Nuestro semestre empezó el 3 de agosto. Si ella estaba en Europa, automáticamente hubiera causado baja con nosotros por no asistir a los cursos. El juez sólo nos pidió la revisión del procedimiento para dar garantía de audiencia, que ya se le había dado.

¿Han solicitado al editor de la revista Espéculo que agregue más pruebas a lo que ya manifestó?

Tenemos la carta firmada por él. En ella claramente reconoce el error y se disculpa ante la autora original. Igualmente, el editor actuó de buena fe, como se opera en todas las revistas. Ya vimos la cantidad de párrafos que esta persona (Itzel Cisneros) copió. Si hubiera sido sólo uno, le podríamos creer que se equivocó, pero esa cantidad de párrafos es inconcebible. Ahí hay un acto voluntario.

¿Contemplan la realización de peritaje de pruebas?

En este momento estamos haciendo lo que el juez ordenó. Somos autoridad académica. No estamos en ninguna causa penal ni de derechos de autor. Estamos calificando originalidad académica. Desde esa perspectiva, ninguna institución podría dar de baja a un alumno si incurre en un hecho similar. Se tendría que ir a Derechos de Autor y al juzgado. Eso implicaría que no tenemos ninguna autoridad. Nuestra autoridad es académica y estamos obrando a partir de pruebas, no de ocurrencias.

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