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cultura@eluniversal.com.mx
Esta semana se prevé que El Colegio de México (El Colmex) resuelva el primer caso en el que un señalamiento de plagio derivó en una orden del Poder Judicial de la Federación para que los órganos académicos de esta institución repusieran el proceso en el que fue expulsada una de sus alumnas, Itzel Cisneros Mondragón, acusada en agosto de 2015 de publicar un artículo con fragmentos íntegros de la tesis de licenciatura de Raquel Barragán Aroche, investigadora de la UNAM.
Desde agosto de 2015 El Colegio de México tiene abierto este proceso administrativo, que en una primera etapa concluyó con la expulsión de Cisneros, estudiante del doctorado en Literatura Hispánica, quien meses después recibió un amparo del Juzgado Tercero de Distrito en Materia Administrativa de la Ciudad de México en contra de la decisión de la Junta de Profesores del Centro de Estudios Lingüísticos y Literarios (CELL) de El Colmex.
El recurso que los abogados de Cisneros iniciaron en esta instancia judicial llevó a El Colmex a solicitar una revisión de este amparo otorgado el 7 de marzo de 2016. La revisión en segunda instancia del expediente 131/2016 se asignó al Décimo Segundo Tribunal Colegiado en Materia Administrativa de la Ciudad de México. El 22 de agosto esta institución educativa fue notificada de la confirmación del amparo, por lo que el 1 de septiembre la Junta de Profesores del CELL inició la reposición de este proceso por la presunta falta ética de Itzel Cisneros Mondragón.
Entre los elementos que la Junta de Profesores valoró en agosto de 2015 para determinar la expulsión de Cisneros están el artículo “Agustín de Salazar poeta suelto, festivo; pero desde México trajo el gongorismo bien metido en el cuerpo”, publicado el 17 de mayo de 2011 en la revista electrónica Espéculo, de España, y la tesis de licenciatura El arte de las artes de Agustín de Salazar y Torres: imitatio y estética gongorina en el siglo XVII novohispano, presentada por Raquel Barragán Aroche el 5 de junio de 2008, de la que habría copiado fragmentos sin darle créditos.
Uno de los elementos que los representantes de Barragán presentaron el 3 de agosto de 2015 ante Rafael Olea Franco, Presidente de la Junta de Profesores del CELL, es la carta que el editor de Espéculo, Joaquín María Aguirre Romero, envió a Barragán el 1 de julio de 2015, donde manifiesta que a partir de las pruebas presentadas por la investigadora retiró el artículo del servidor en el que se encontraba alojado.
“La revista, como se le indicó a la solicitante desde el primer momento, rechaza este tipo de prácticas con las que se pervierten los principios de confianza y honestidad que deben regir la investigación y la publicación en todos los ámbitos, especialmente en el universitario”, dice la carta del editor.
Consultada vía telefónica sobre el tema, Barragán Aroche expresó que “como persona que tiene un trabajo intelectual, producto de un esfuerzo que significa trabajar una idea y la escritura misma, el plagio es una falta de integridad y de ética muy grave. Se trata de un robo. Y aunque a veces se ve como falta menor, en cualquier nivel se debe defender el derecho a la autoría”.
Luego de una revisión que la Junta de Profesores encargó a los docentes Rafael Olea Franco y María Elena Madrigal Rodríguez, quienes concluyeron que en 18 pasajes de este artículo se plagiaron fragmentos de la tesis, el 11 de agosto de 2015, durante una audiencia a la que se citó a Itzel Cisneros para dar argumentos a su favor, este órgano académico le notificó personalmente su expulsión.
La alumna del doctorado en Literatura Hispánica acudió a la autoridad judicial, que le otorgó un amparo y ordenó la reposición del proceso. La notificación del Juzgado Tercero de Distrito también ordenó a El Colmex dejar sin efectos el acta de expulsión, acreditar que a Cisneros Mondragón se le otorgó el derecho de ofrecer pruebas y alegatos a su favor y emitir una nueva resolución.
Uno de los puntos de la resolución del Poder Judicial ordenó a El Colegio de México fundamentar su competencia para emitir su resolución sobre este proceso, en este caso sus facultades para evaluar y eventualmente sancionar las transgresiones a sus Principios Éticos, entre ellos el plagio académico. La defensa legal de Cisneros Mondragón ha argumentado que la única institución facultada para determinar si una obra intelectual es producto de plagio es el Instituto Nacional del Derecho de Autor (Indautor), no así El Colegio de México. Este argumento abriría un debate sobre la competencia de las instituciones de educación superior para evaluar sus producciones académicas y sancionar posibles plagios.
Los documentos hablan
A partir de la revisión que EL UNIVERSAL hizo de la tesis de Raquel Barragán Aroche y el artículo que aparece firmado por Itzel Cisneros Mondragón se pudo comprobar que existen varios párrafos de la tesis de la investigadora que fueron retomados por la alumna de El Colmex sin dar el respectivo crédito ni incluir su fuente en la bibliografía.
A lo largo del artículo, Cisneros retoma fragmentos correspondientes a la la introducción y capítulos 2 y 3 de la tesis de Raquel Barragán. En uno de los párrafos del artículo se lee:
“La obra de Góngora les proveyó del código que les permitía acomodarse en un lenguaje que resignificaba su realidad, por medio de la metaforización de la vida y el conocimiento. Los poetas y versificadores novohispanos se recrearon en esta clave poética con el fin -consciente o inconscientemente- de establecerse en un ejercicio poético continuo que desembocara en la constitución del oficio de poeta. Por tanto, no era extraño que se tuviera en gran estima las composiciones poéticas con una expresión cada vez más rica, sutil y compleja.”
Sin embargo, este párrafo corresponde a fragmentos de las páginas 17-18 de la tesis de Barragán. Inmediatamente después de retomar este fragmento, Cisneros continúa con el siguiente:
“Este sistema estético, que se generó en el Barroco novohispano, abrevó en esa nueva preceptiva: el gongorismo. Así vemos que la producción poética novohispana toma de Góngora el artificio técnico, el trabajo del detalle cuyo énfasis, en muchos de los casos, demeritó el argumento. En Nueva España, la preocupación del gongorismo por la técnica -según Emilio Carilla- adquiere caracteres avasalladores, por tanto el estilo puede distinguirse por las siguientes particularidades: vocabulario abundante en neologismos tomados del latín, voces eufónicas y coloridas, sintaxis latinizante, construcciones con hipérbatos y acusativo griego, supresión de términos, metáforas audaces, profusa mitología de tipo renacentista, abundancia de tropos y figuras.” Este párrafo también es copia textual de la tesis.
Aun cuando la liga electrónica en la que se publicó el artículo de Cisneros fue borrada de Internet, el resumen de este artículo, disponible en la página Dialnet, especializada en artículos académicos y que aloja más de 5 millones de textos, es un fragmento de la tesis de Barragán.
Vía correo electrónico, el editor declaró lo siguiente a EL UNIVERSAL: “Desconozco el estado del contencioso a raíz de la publicación y posterior retirada del artículo por plagio evidente. Es una polémica que se está tratando allá y en la que hice lo que se debía hacer una vez burlada la confianza en el envío. En ese sentido no tengo nada más que decir pues compete a los que se están ocupando de ello y para ello se dieron las explicaciones necesarias a la autora del trabajo original, que fue víctima como nosotros.”
Voces de los involucrados
El 12 de septiembre de 2016, la defensa de Cisneros Mondragón entregó a la Junta de Profesores una primera respuesta al oficio en el que se le notificó la reposición del proceso de evaluación de ambas obras y eventual sanción.
Vía telefónica, Itzel Cisneros informó a EL UNIVERSAL lo siguiente: “Al momento en que en la escuela se inició el proceso yo estaba en Europa y no me pude defender”. Abundó que “una cosa es lo que subieron [a la página de Espéculo] y otra cosa es lo que yo escribí. En el momento en que lo escribí con otra persona sucedieron una serie de errores inesperados”.
En respuesta formal a la institución académica, sus abogados también negaron la existencia de pruebas que la inculpen, pues como aseguró el editor de Espéculo, la publicación fue borrada de su sitio de Internet. Al respecto, Barragán Aroche aseguró que el editor, Joaquín María Aguirre, le envió una carta autógrafa, ahora en poder de El Colmex. En ella, el editor asegura que el artículo publicado en la revista esa fue remitido por Itzel Cisneros Mondragón, y que luego de cotejarlo con los documentos enviados por la investigadora, lo retiró de su servidor.
Rafael Olea Franco, Presidente del Centro de Estudios Lingüísticos y Literarios, aseguró que durante la reposición de este proceso administrativo por orden de ese Juzgado, el órgano colegiado que representa cumplirá las instrucciones del Poder Judicial y de los Principios Éticos que rigen a El Colegio de México.