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yanet.aguilar@eluniversal.com.mx
Querétaro.— A cada tanto Jean-Marie Gustave Le Clézio pondera la utopía. Habló de las problemáticas que aquejan a México o las que asolan Europa y lo hizo desde su ser utópico. Sin embargo, su análisis fue puntual, dijo que Europa tiene mucho que aprender de otros países y también de México en cuanto a la multiculturalidad, y que la solución a los problemas de violencia en nuestro país está en manos de los mexicanos.
“Los mexicanos hicieron la revolución, buscaron la libertad, deben inventar remedio a esta situación, porque no son los otros países que lo van a hacer para ellos. Estados Unidos no va a hacer nada, porque aprovechan la inmigración, la mano de obra de México y no dan mucho en cambio. Así que la solución no viene de Estados Unidos, no viene de Europa, viene de México mismo”, afirmó el Premio Nobel de Literatura durante su participación en el Hay Festival Querétaro.
En entrevista con EL UNIVERSAL, el escritor e intelectual francés habló de los tres ensayos que escribe sobre tres mexicanos: Sor Juana Inés de la Cruz, Juan Rulfo y Luis González González; también aseguró que México tiene la oportunidad de salir de esto con base en la educación y la familia.
“Creo no habrá otra manera. Significa dar educación a todos los mexicanos, significa darles recursos para poder superar su situación, la educación debe de remplazar al papel educativo de los parientes; no sé si soy demasiado optimista, pero en México todavía sobrevive la idea de que la familia y las relaciones familiares tienen importancia. Esto es el fermento de la solución, porque si no ¿dónde estará la solución?”, señaló el Nobel.
Le Clézio confía en la educación: “Mis hijas fueron educadas en México buena parte de su vida, hablan muy bien español, mejor que yo, la educación que recibieron fue muy buena, incluía algo muy interesante: el día de campo, que significa que los alumnos deben salir de la ciudad e ir al campo para saber cómo se cultiva el maíz, el arroz, los frijoles, para enterarse del esfuerzo de los campesinos; hay algo de utopista en eso pero creo que son pequeñas acciones como esas que deben tener éxito”.
Le Clézio afirmó que él y su familia vivieron en Michoacán en una época en donde todo era muy pacífico; reconoció que la problemática probablemente tiene una causa política, pero no es la única cosa, hay también dificultades económicas.
J. M. G Le Clézio también habló de la problemática europea, de las causas de los atentados y la segregación racial. Dijo que el porvenir de Europa depende de su capacidad de escuchar, de copiar el ejemplo del resto del mundo. “Es una cuestión de educación. Los escritores tienen absolutamente el deber de renunciar a las formas de nacionalismo y de racismo por todos sus medios, escribiendo, hablando, participando en encuentros”.
Aseguró que en ese compromiso él creó en la Isla Mauricio, de donde era su padre, la Fundación para la Interculturalidad y la paz, una fundación pequeña que trabaja a nivel local y se dedica al encuentro de los niños en las escuelas. Pero también responde a su conciencia de ser un emigrante en Francia de segunda generación, su padre nació en Isla Mauricio y su madre en Marruecos.
“Los niños entienden que la pobreza no es una enfermedad, que ser diferente no es una falla, al contrario, que cada quien debe contribuir al bien común. Puede parecer utópico pero creo que se debe actuar con los niños de las escuelas, sembrar semillas para el porvenir. Yo creo que la respuesta a todo eso es la educación. Hay que educar a Europa, necesita educación”, dijo.
El narrador francés que ayer recibió las llaves de la ciudad de Querétaro como huésped distinguido y luego sostuvo una conversación pública con la escritora mexicana Carmen Boullosa, dijo que está por concluir una nueva novela titulada Alma; y trabaja en tres ensayos sobre tres escritores mexicanos: Sor Juana Inés de la Cruz, Juan Rulfo y Luis González González.