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En los últimos 27 años han existido al menos seis proyectos para crear una secretaría de Cultura. Ninguno prosperó, entre otras cosas, porque nadie quería provocar un enfrentamiento con los sindicatos del Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH) e Instituto Nacional de Bellas Artes (INBA), adscritos a la Secretaría de Educación Publica (SEP), que históricamente han sido aguerridos y han manifestado que desean permanecer del lado del magisterio. Hoy, ante la iniciativa del Ejecutivo para crear la secretaría de Cultura, que podría aprobarse antes del 15 de diciembre, el gran reto, coinciden los especialistas, es “aprovechar la oportunidad para replantear sus relaciones laborales” y crear un sindicato capaz de aglutinar a todos los trabajadores del sector cultural”.

“Los trabajadores, más que sentirse amenazados, deben ser ofensivos. Este es el momento de sentarse y definir bien cómo van a quedar las cosas porque la iniciativa dice que sus derechos van a ser respetados, pero tienen que ser rectificados por el nuevo secretario y luego volver a ser inscritos con las autoridades”, dice Eduardo Cruz Vázquez, especialista en gestión cultural.

De acuerdo con Patricia Juan Pineda, abogada en derecho laboral, cuando se ve al Estado como patrón se generan muchos mitos y desconocimiento sobre este sector, así como sobre su regulación y derecho de asociación sindical. “Con este posible tránsito de una secretaría (Educación) a otra (Cultura) se han generado todavía muchas más dudas. Hay miedo, hay desconocimiento. Si no hay papá sindicato entonces se preguntan qué van a hacer. Están frente a un cambio y les está costando mucho trabajo”, explica.

La abogada sostiene que si se aprueba la secretaría, sus trabajadores ya no podrán que ser parte del SNTE. “Tendrán que cortar el ombligo de la SEP y formar otro sindicato”.

El sector Cultura está dividido por secciones sindicales de la SEP, están en la 9, 10 y 11, que a su vez están divididos en delegaciones a las que pertenecen los grupos artísticos del INBA, los ATM del INAH, entre otros; asimismo, las delegaciones tienen gremios. “Hay una gran variedad, incluso Conaculta tiene sus propios gremios, todo está muy disperso. El trabajo que se está promoviendo es crear un sindicato nacional porque será la manera de defender lo conquistado”, explica.

En el decreto, dice la abogada, se asegura que los derechos de los trabajadores seguirán operando. Sin embargo, advierte, hay otro escenario: “Que la secretaria de Cultura no reconozca algunas cosas porque es nuevo y eso sería tremendo”.

Además, cuenta que la SEP y el sector Cultura tienen un gran número de trabajadores “indocumentados”, es decir, aquellos que no reconoce como tales o que “los tiene muy fregados”.

“Hay quienes dicen que ante esta transición se debe luchar por ellos para que los reconozcan a todos con los mismos derechos. El debate es que si son 100 reconocidos y 300 que no, al exigir las mismas cosas para los 400, entonces la nueva dependencia puede decir que no le alcanza porque su presupuesto es sólo para 100. Este es el gran problema. La realidad es que la alta burocracia tienen miles de aviadores y parientes”.

En esto coincide Cruz Vázquez. “Hay muchos trabajadores eventuales en Conaculta y en sus organismos, trabajadores que cobran por sueldos asimilados, que cobran por vía honorarios o por proyectos. La mitad de los trabajadores que se encargan del cuidado de patrimonio son eventuales. A ellos habría que regularizarlos. ¿Cuánto crees que cueste eso? Si creas una secretaría para dejar la misma informalidad en el INAH, no le veo sentido ni político ni económico ni de nada”, lamenta.

Por su parte, integrantes de los grupos artísticos sostienen que les preocupan, fundamentalmente, tres cosas: el puesto que ocupan, el salario y las prestaciones. “Se nos ha dicho que no habrá ningún problema, pero nos preocupa que no hemos sido consultados para tomar esta decisión de tal envergadura. Se nos ha dicho que una vez que se cree habrá 120 días de revisión para cuestiones, por ejemplo, administrativas. ¿Qué pasaría si en esa revisión toman decisiones como crear un solo coro? No han logrado convencernos de que serán respetuosos de los derechos laborales, por eso nos hemos mantenido firmes al apuntar que estamos en contra de la creación de la nueva secretaría”, opina Gamaliel Flores, secretario general de los grupos artísticos del INBA.

Javier González Rubio Iribarren, quien ha sido secretario Técnico del Conaculta y es autor del libro El afán educativo, afirma que no ve ningún problema respecto a la situación laboral de los trabajadores.

“No hay ningún problema. Los sindicatos del INAH y el INBA van a mantener sus derechos, sus prestaciones. No creo que haya absolutamente nada que perder. Me parece paradójico que hace unos años se pugnaba por tener una secretaría de Cultura, incluidos también estos sindicatos; y ahora que por fin está la propuesta, tengan reservas, o quejas o una predisposición en contra”, comenta.

Refiere que esto, incluso beneficiaría a los trabajadores del Conaculta, quienes llevan años luchando por tener una homologación salarial con respecto a los del INAH y al INBA porque están en el escalafón más bajo del sector.

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