Brasil ofrecerá a otros países la posibilidad de usar su estratégica base espacial de Alcántara con el fin de quedarse con una parte del millonario mercado de lanzamiento de satélites y microsatélites, informaron hoy fuentes oficiales.
"Vamos a retomar el proyecto de lanzamiento de satélites desde la base de Alcántara y para ello le pediremos al Congreso que apruebe una nueva ley sobre salvaguardas", dijo el ministro brasileño de Defensa, Raúl Jungmann, en un desayuno con un grupo de corresponsales extranjeros.
El ministro explicó que el uso de la base por otros países depende de una ley que establezca las salvaguardas al uso de tecnología extranjera en territorio nacional, es decir, las garantías para que nadie tenga acceso a la tecnología estratégica usada por el país lanzador.
"Retiramos el proyecto de ley de salvaguardas que era discutido en el Congreso y estamos redactando un proyecto nuevo que lo abriremos a consultas a países potencialmente interesados para poder enviar un texto nuevo lo más breve posible", afirmó Jungmann.
Un proyecto de ley de salvaguardas que el Gobierno presentó a consideración del Congreso en 2001 fue bloqueado debido a que abría la base a lanzamientos exclusivamente a Estados Unidos y les garantizaba a los estadounidenses una serie de salvaguardas que la oposición de la época calificó como entrega de la soberanía nacional.
"El proyecto de 2001 fue duramente atacado por el PT (Partido de los Trabajadores, entonces en la oposición), que, ya en el Gobierno, firmó un acuerdo para abrir la base de lanzamientos a Ucrania, un proyecto que fracasó y que le dejó al país pérdidas por cerca de 500 millones de dólares", dijo.
El acuerdo con Ucrania, actualmente discutido en los tribunales, preveía el uso de cohetes Cyclone ucranianos para el lanzamiento comercial de satélites desde la base brasileña de Alcántara.
"Fue un acuerdo totalmente desastroso. Y los términos de las salvaguardas ofrecidas a Ucrania repitieron las que se habían acordado con Estados Unidos", aseguró.
El uso de Alcántara interesa a varias potencias espaciales debido a que, por su posición geográfica estratégica, a sólo 2 grados al sur de la línea del Ecuador y más próxima a la órbita geoestacionaria, la base que Brasil tiene en el estado de Maranhao (norte) garantiza un ahorro de cerca del 30 % en el combustible usado para los lanzamientos.
Brasil ya ofreció su uso a Estados Unidos en unas negociaciones iniciadas el año pasado, pero Rusia también ha manifestado interés en aprovechar Alcántara.
La Corporación Estatal de Actividades Espaciales de Rusia (Roscomos) manifestó el mes pasado que está preparada para estudiar el montaje de infraestructuras propias en la base de Alcántara en caso de que Brasil se lo proponga.
Jungmann afirmó que por ahora Brasil no tiene planes para retomar su proyecto de desarrollar un cohete nacional que pueda ofrecer comercialmente como lanzador de satélites.
El proyecto para la construcción de un Vehículo Lanzador de Satélites (VLS) fue abandonado definitivamente por Brasil en 2015 por problemas financieros, pero ya había recibido una estocada mortal en 2003, cuando la explosión de un cohete construido en el país y que sería lanzado al día siguiente destruyó parte de la base y dejó 21 muertos.
"No tenemos proyectos para desarrollar nuestros cohetes pero sí para aprovechar la ubicación estratégica de la base para ofrecerla para el lanzamiento de satélites y microsatélites", dijo.
Jungmann explicó que el lanzamiento de un satélite geoestacionario contratado por Brasil y que será enviado desde Guayana Francesa en los próximos días tendrá un costo de cerca de 100 millones de dólares.
Agregó que los costos de lanzamientos de satélites varían entre 20 millones de dólares y 120 millones de dólares, y que Brasil puede aprovechar un mercado gigantesco si se tiene en cuenta los cerca de 4.000 satélites y microsatélites actualmente en órbita.
jpe