El Códice Grolier, un antiguo documento que se encuentra entre los libros más raros del mundo, ha sido considerado con escepticismo ya que fue supuestamente descubierto por unos saqueadores en una cueva en Chiapas en la década de 1960.

Ahora, un nuevo estudio minucioso ha producido una sorprendente conclusión: El códice es verdadero y probablemente el más antiguo de todos los manuscritos conservados de la antigua América.

En la investigación trabajaron el profesor Stephen Houston, co-director del Programa de las Primeras Culturas de la Universidad de Brown; Michael Coe, profesor emérito de Arqueología y Antropología en la Universidad de Yale y líder del equipo de investigación; María Miller, de la Universidad de Yale, y Karl Taube de la Universidad de California-Riverside.

El estudio, publicado en la revista Arqueología Maya, "es una confirmación de que el manuscrito, en contra de algunas afirmaciones, es muy real. El manuscrito se encontraba en un sótano del Museo Nacional de la Ciudad de México, y su historia está envuelta en un gran drama. Se encontró en una cueva en México, y un coleccionista mexicano rico, Josué Sáenz, lo había enviado al extranjero, antes de su eventual retorno a las autoridades de México", explicó Houston

Polémica desde el principio

Durante años, académicos y especialistas han discutido sobre la legitimidad del Códice Grolier. Muchos afirmaban que era una falsificación, especulando que existían técnicas modernas para imitar la escritura y los materiales con los que trabajaban los mayas en su época.

Según los informes, el códice fue encontrado en la cueva con otros seis artículos, incluyendo una pequeña máscara de madera y un cuchillo de sacrificio con un mango con forma de puño cerrado. Todos los objetos que se encontraron con el códice se han demostrado auténticos, el hecho de que los saqueadores, en lugar de los arqueólogos, fueran los que encontraron los artefactos, hizo dudoso el hallazgo.

La investigación

Houston y sus co-autores analizaron los orígenes del manuscrito, la naturaleza de su estilo y la iconografía; además de la naturaleza y el significado de sus tablas de Venus, los datos científicos, incluyendo la dotación por carbono del manuscrito, y la artesanía del códice, de la forma en que el papel se hacía a las prácticas conocidas de los pintores mayas.

En el transcurso de un análisis de 50 páginas, los autores tomaron las preguntas y críticas recibidas por los estudiosos durante los últimos 45 años y describieron cómo el Códice Grolier se diferencia de los otros tres manuscritos mayas antiguos conocidos, pero no obstante se une a sus filas.

Esos códices son: el de Madrid, el Dresden y el de París, todos llevan el nombre de las ciudades en las que se encuentra ahora, siempre fueron considerados como genuinos, señalaron los autores.

Todos los códices tienen elementos calendáricos y astronómicos que siguen el paso del tiempo a través de los cuerpos celestes, ayudan a los sacerdotes con la adivinación e informan la práctica ritual, así como las decisiones sobre cosas como cuando era ideal hacer la guerra.

El Códice Grolier es un fragmento, que consta de 10 páginas pintadas y decorados con iconografía de rituales mayas y un calendario que traza el movimiento del planeta Venus.

Los calendarios de Venus cuentan el número de días que transcurrió entre un levantamiento helicoidal de Venus y el siguiente, o los días en que Venus, la estrella de la mañana, apareció en el cielo antes del amanecer. Esto era importante, señalaron los autores, debido a que los ciclos de medición del planeta podrían ayudar a las personas mayas a crear rituales basados en fenómenos astronómicos.

En opinión de los autores, el códice no es un libro hermoso. "En mi opinión, no es una producción de alta calidad", dijo Houston, "no una que se utilizaría en la corte real más culta. El libro está más estrechamente enfocado en las imágenes y los significados que transmiten".

jpe

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