Si quieres irte de vacaciones, un crédito personal puede ayudarte si no tienes el dinero completo. Si quieres remodelar tu casa, hacer un viaje o comprar ropa o en general, para cualquier otra cosa, está un crédito personal. Éste es “aquel en donde la entidad financiera pone a disposición del cliente una suma de dinero que podrá usar libremente, sin necesidad de destinarlo al consumo de un bien o asunto específico”, según explica la Comisión Nacional para la Protección y Defensa de los Usuarios de Servicios Financieros (Condusef).

Es decir, lo puedes usar para lo que quieras. Pero antes de correr en la búsqueda del crédito, analiza bien esta decisión.

¿Este crédito personal va a generar o no patrimonio? Patrimonio son todos los bienes en forma de dinero, inmuebles, etcétera, y que constituyen un respaldo que te ayuda a vivir tranquilo en el tiempo. Hazte esta pregunta y así averiguarás si sólo se trata de un capricho o de una verdadera necesidad. Si es un capricho, ponte a ahorrar mejor un colchón cada mes hasta que juntes la cantidad necesaria.

Si no genera patrimonio pero es algo que realmente deseas, tienes tus finanzas en regla, las ventajas que recibirás por esta compra son mayores al interés que estarás pagando mes con mes y estás decidido a hacer una buena búsqueda del mejor crédito que se adapte a tus necesidades, adelante.

Si lo necesitas

Hay varios aspectos importantes antes de contratar un crédito. Los créditos personales se encuentran entre los primeros 10 lugares de las reclamaciones de usuarios hechas ante la Condusef, así que es necesario que antes de contratar hagas una búsqueda de toda la información disponible de los créditos que te interesan así como de que compares.

De las 25 instituciones bancarias que ofrecen este producto, siete bancos son los que concentran 80% de los créditos: Banamex, BBVA Bancomer, Santander, Bancoppel, Banco Ahorro Famsa, Banco Azteca y Consubanco. Ocho de cada 10 personas tienen contratado un crédito con estas instituciones.

Sin embargo, éstas no fueron calificadas nada bien por la Condusef en cuanto a irregularidades normativas. En promedio, estas instituciones obtuvieron 4.1 de calificación y la única institución que tuvo una calificación aprobatoria fue Banamex.

Ojo en las tasas

¿En qué tienes que fijarte al contratar un crédito personal? Uno de los aspectos importantes es la tasa de interés vas a pagar a lo largo del producto, las cuales son muy variables pero puede llegar a ser muy elevadas.

De acuerdo con un cuadro comparativo de la Condusef, las tasas de intereses anuales de varios créditos personales en distintas instituciones pueden ir desde 21.60% hasta 93%.

Por ejemplo, Crédito Familiar, cobra 84% de intereses anuales, más una comisión por apertura de 13% y el IVA de 16%.

Si solicitas un préstamo de 12 mil pesos, abonarías mil 753 pesos al mes, con lo cual terminarías pagando al final del crédito 21 mil 36 pesos, de acuerdo con lo calculado por su propia calculadora. Tan sólo de cargos, pagarías 9 mil 36 pesos.

Con este ejemplo, la recomendación de la Condusef hace todo el sentido: “Toma en cuenta que una elección sin comparar opciones te podría llevar a pagar casi el doble de lo que pediste prestado”.

En muchas ocasiones, por la facilidad que representa el tener ya una tarjeta de crédito, a las personas se les hace más fácil el firmar y financiarse a través de este medio. Pero en realidad, es un error.

Otro aspecto que hay que tomar en cuenta es, por supuesto, analizar tu capacidad de pago. Ésta se obtiene al restar del ingreso neto todos los gastos, también los fijos, y el porcentaje que se destina al ahorro. Si las cuentas no te dan y no hay dinero restante no saques un crédito porque no lo vas a poder pagar.

Tecnología

La tecnología hoy da más opciones para que los usuarios puedan acceder a más recursos en préstamo. El desarrollo de las empresas fintech —una contracción de financial y technology—, las cuales se dedican a ofrecer servicios financieros apoyándose en la tecnología, ha permitido que los usuarios ya no sólo tengan como opción el banco y otras instituciones financieras como las Sofom (Sociedades Financieras de Objeto Múltiple, es decir, entidades financieras que se dedican a otorgar crédito y que obtienen recursos a través del fondeo o de las emisiones de deuda) para pedir dinero.

En México existen empresas como Prestadero, Kueski, Kubo Financiero, Doopla o Yotepresto.com, las cuales, bajo distintas modalidades, ofrecen créditos personales en línea a tasas mucho más bajas de las que comúnmente ofrecen los bancos.

¿Cómo lo hacen? Precisamente la tecnología no sólo les permite simplificar y hacer este proceso en línea, sino que también les da la oportunidad de hacer análisis de riesgo crediticio diferentes a los que convencionalmente realiza cualquier institución financiera. Por ejemplo Kueski realiza este análisis echando mano de las redes sociales.

Ellos desarrollaron un algoritmo que analiza la manera en la que el usuario interactúa en redes sociales, maneja sus distintas cuentas y sus redes de amigos para hacer un cálculo de cómo se va a comportar la persona al pagar.

“La tecnología ha permitido que los usuarios tengan más opciones. Muchas veces los bancos no están interesados en otorgar créditos muy pequeños, así que estas oportunidades las aprovechan estas empresas fintech que ofrecen créditos en línea”, explica Gerardo Obregón, director de Prestadero.

Ellos se especializan en hacerlo más rápido y eficiente y a menores costos, lo cual se transfiere a entregar un mejor producto, asegura.

Las instituciones bancarias tienen gastos muy elevados derivados, entre otros, de la apertura de sucursales y el pago de personal, por ejemplo, por lo que a ellos no les interesa prestar menores cantidades. La infraestructura que implica el ofrecer el préstamo (por ejemplo, el análisis crediticio) seguramente les saldrá más cara. Así que ahí se abre la oportunidad para las fintech puedan hacer estos préstamos.

Estas empresas tienen el reto de hacer que las personas confíen en esta manera de prestar, y justamente, para no llevarte una mala experiencia, la recomendación más importante aquí es que revises que sea una empresa confiable, que abras bien los ojos al hacer el trato y a los requerimientos que te soliciten.

Muchas veces la propuesta se escucha un tanto increíble (“Sólo proporciónanos tu identificación y te prestamos un millón de pesos”, por ejemplo) o te dicen que ya está aprobado pero que sólo necesitas depositar cierta cantidad por cargo de… cualquier cosa. “Si alguien te pide dinero antes de que te otorguen el préstamo, no lo hagas, es la primera luz roja, ya sea en línea o no”, explica Gerardo.

La recomendación para encontrar el mejor trato siempre será la de comparar. Las propias plataformas de te ofrecen comparativos de cuánto es lo que vas a terminar pagando.

Además de hacer esto, busca información, notas periodísticas (la mayoría de emprendedores que han fundado este tipo de empresas han sido entrevistados muchas veces por los medios) y cualquier tipo de información que te permita saber que la plataforma a través de la cual piensas pedir prestado está haciendo bien las cosas.

“Es la ventaja de online. Nosotros somos transparentes y no nos escondemos detrás de contratos con letra pequeña. La gente se puede quejar, hacer ruido en redes sociales. Te puedes enterar muy fácilmente si la institución es buena o no. La recomendación es comparar y corroborar si la plataforma realmente hace lo que dice”, explica Obregón.

Hoy cada plataforma tiene que construir su reputación y su propia marca.

Para refinanciar una deuda

Los créditos personales también sirven para refinanciar deuda a una tasa más baja.

Por ejemplo, una persona tiene varias deudas con diferentes tarjetas de crédito, las cuales, están a distintas tasas, pero en general, alta, en consecuencia con lo caro del dinero que prestan los plásticos.

“La primera razón por la cual nos piden créditos es para consolidar deudas. Pagan con este financiamiento sus deudas a una tasa más baja. Nuestra tasa promedio es de 18%”, explica Luis Rubén Chávez, cofundador y CEO de yotepresto.com. En general, las tasas de interés que ofrecen las fintech dedicadas a préstamos personales son más bajas a las de un banco.

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