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miguel.pallares@eluniversal.com.mx
A sus 57 años de edad, Daniel Servitje prefiere escaleras que elevador. Elige una sala pequeña en lugar de su salón del consejo con más de una docena de asientos, pantallas, micrófonos y ventanales. Viste de traje, sin corbata. Delgado y serio. Pide las cosas directo, sin rodeos y sonríe fácilmente. Amable, pero firme. Estratega, piensa cada palabra, responde conciso pero sustancioso.
En entrevista con EL UNIVERSAL, el presidente y director general de Grupo Bimbo, la panificadora más grande del mundo, comparte sus planes de expansión a escala internacional con el objetivo de servir a más consumidores. Pero su ambición va más allá: quiere transformar a la industria de la panificación global.
El hijo de Lorenzo Servitje y Carmen Montull expone su visión sobre temas como el Brexit, Venezuela, África, Cuba, las elecciones en Estados Unidos, su nivel de endeudamiento, prioridades, focos rojos y el Impuesto Especial sobre Producción y Servicios (IEPS) a productos calóricos.
Sobre su visión 2020, que acaban de renovar, según estadísticas de una casa de bolsa, llegarán casi a los 300 mil millones de pesos en ventas y sus inversiones anuales serán cercanas a los 8 o 10 mil millones de pesos, ¿cuáles son sus metas?
—No estamos tan enfocados en cumplir objetivos de venta. Lo que buscamos es, como en todas las industrias, transformarnos, transformar a la industria de la panificación para dos cosas: expandir nuestro liderazgo y servir a más consumidores.
Hoy la empresa atiende a mil 200 millones de consumidores en el mundo, entiendo que somos más de 7 mil 400 millones de habitantes a escala global hoy. Entonces todavía nuestra empresa es joven, con mucho terreno virgen y también con una muy pequeña participación del mercado.
Tenemos poco más de 3% del mercado mundial de panificación y podemos seguir buscando satisfacer mejor a nuestros consumidores actuales y abrirnos a nuevos mercados.
Y lo queremos hacer de manera ordenada, que nos permita también hacer rentables nuestras operaciones, continuar con esta empresa de 70 años que quiere perdurar en un entorno cada vez más cambiante, porque el mundo está moviéndose cada vez más rápido y en ese entorno queremos seguir siendo una empresa joven, fresca, que atraiga a los colaboradores que necesitamos para estos retos tan grandes.
¿Llevará a la empresa a los cinco continentes? ¿Dónde ve potencial?
—Siempre estamos viendo oportunidades y las estudiamos, algunas se concretan, otras no. Nos interesa también fortalecer algunos mercados, donde nuestra presencia es marginal o en otras categorías donde puede haber sinergia con nuestro negocio actual.
Más que un país o una región en particular, lo que te podría decir es que la vocación de la empresa es seguir expandiéndose.
En México estamos atendiendo comunidades pequeñas y lejanas, pretendemos a diario seguir visitando nuevos puntos de venta estrechando relaciones con nuevos clientes en los 22 países donde estamos, pero también en otras latitudes.
Son más de 40 adquisiciones en 10 años, ¿mantendrán acelerando las compras? ¿Será el mismo ritmo?
—Diría que tal vez lo que veremos en estos próximos cinco años es menor peso a las adquisiciones y mayor foco en asegurarnos de tener procesos, instalaciones y equipos que sean muy competitivos en cada mercado.
¿Qué puede decir de África?
—África está creciendo mucho. Tuve la oportunidad de ir a un consejo de una asociación en la que participo por allá, y es un continente con muchas potencialidades: Así como hemos visto oportunidades en Asia, hemos visto en África, pero nada concreto para decir que vamos a ir este año o el próximo.
En temas como el Brexit, Venezuela, la posible desaceleración económica mundial, ¿cuáles situaciones pueden afectar a Bimbo o meterla en un entorno retador?
—Nuestra presencia en Europa es relativamente pequeña, tenemos una operación en España, Portugal y en Reino Unido. Nuestra operación de Reino Unido exporta beigel’s a Europa continental. Esta situación todavía está con muchos signos de interrogación, como empresa vamos a incorporarnos a una nueva circunstancia.
En Venezuela es difícil, a veces tenemos limitaciones para producir, pero estamos tratando de dar el mejor servicio posible y atendiendo a nuestro personal en condiciones difíciles.
Las grandes preocupaciones para mí son el cambio tecnológico que nos reta a pensar de manera diferente; el entorno político que con las campañas en Estados Unidos están poniendo no tan bien como debería a la relación entre Estados Unidos y México.
La vinculación de los dos países es importante, debemos privilegiarla porque para México y para Estados Unidos ésta es una relación muy positiva y somos buenos aliados para enfrentar a un mundo global.
Considero que a esta parte no se le ha dado el peso debido.
Yo diría que estas cosas son las que me traen más inquieto que el Brexit.
El 75% de su deuda está en dólares y vemos volatilidad en el tipo de cambio, aunque más de la mitad de sus ingresos están en esta moneda, ¿no ve riesgo para su deuda?
—Afortunadamente hemos logrado empatar la deuda con activos en estas monedas, así que ha habido muchas devaluaciones en estos años y la empresa está manteniéndose muy sólida, estamos reportando buenas utilidades en estos últimos trimestres, tenemos nuestro plan de crecimiento y rentabilización que se está cumpliendo.
No dejamos de tener oportunidades de mejoras en muchos países, pero vemos el año con ánimo y todos los países contribuyen para poderlo lograr.
Del IEPS, ¿ve riesgos de aumento en la negociación del paquete fiscal?
—Con respecto al IEPS y a impuestos asociados a los alimentos, diría que hay que tener cuidado porque afectan a las personas con mayor proporción de su gasto destinado a la alimentación.
Aún cuando se tenía este objetivo de enfocarse a los aspectos de obesidad, lo que hemos visto en estudios de la cámara de la industria de la panificación y de los molineros es que las cifras per cápita del pan han venido disminuyendo en los últimos 30 años, cuando la obesidad ha ido para arriba.
Podría decirle que no es en la industria del pan o la panificación donde está el problema de la obesidad, no me parece que con este tipo de impuestos vayamos a solucionar el problema.
Si hay necesidad de hacer reformas fiscales, hay que buscar que impulsen la inversión y productividad del país.
¿Podría haber oportunidad para que Bimbo llegara a Cuba?
—Tuve la oportunidad de visitar el país hace dos meses, quedé bien impresionado de los cubanos, de lo que se está empezando a vivir en el país y si se dan las oportunidades, estudiaremos la posibilidad de invertir en el país, pero todavía vemos que faltan algunas cosas para que esto se pueda concretar.