En 2015, un total de 24 mil tiendas de abarrotes y de autoservicios se abrieron en el continente americano y esta industria alcanzó un valor de 4.2 billones de dólares, de acuerdo con la investigadora de mercados Euromonitor International.
De acuerdo con el estudio Retailing en las Américas: Historias Clave 2015, la mayoría de los países del continente mostró un crecimiento moderado a saludable si se analizan las ventas en moneda local, a pesar de la desaceleración económica observada en diferentes países de Latinoamérica en 2015.
“La aguda devaluación de las monedas latinoamericanas versus el dólar en países como Colombia, México y Chile derivó en restricciones a los presupuestos gubernamentales, aumento en el costo de las importaciones y una caída en las ventas del sector”, indicó.
Los consumidores de los países afectados por el fin del boom de los commodities se han vuelto más cautos a la hora de gastar dinero, no solo con respecto a las marcas que adquieren sino también a los canales y opciones de pago que prefieren, explicó David Mackinson, gerente de investigación en Euromonitor International.
“Los descuentos en tiendas, tarjetas de crédito y la compra de grandes formatos se han convertido en estrategias exitosas para atraer clientes. Además, la alta penetración del canal tradicional a lo largo de Latinoamérica abre oportunidades para retailers modernos y más formales, sin importar la actual situación económica”, abundó.
Por su parte, el retail non-store (sin tienda física) ha venido creciendo rápidamente y las ventas en línea o ventas por internet están empezando a despegar. En 2015 representaron el 70% en Norteamérica, mientras que en Latinoamérica solo abarcaron el 42% de las ventas retail totales.
La categoría más grande dentro de los retailers sin tienda física en América Latina es venta directa, ya que representan 53% de los ingresos sin tienda física en la región y solo el 6% en Norteamérica.
“La importancia de las ventas directas en Latinoamérica explica en parte la menor participación del retail por internet, pero también lo hacen el bajo acceso a internet y la baja penetración de las tarjetas de crédito en algunos países de la región”, añadió Mackinson.
afcl