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mario.verdusco@eluniversal.com.mx
Para cubrir el costo financiero de la deuda pública presupuestaria de 2017, la Secretaría de Hacienda y Crédito Público (SHCP) prevé destinar 568 mil 198 millones de pesos, monto equivalente a 2.8% del Producto Interno Bruto (PIB), el más elevado en 16 años.
La proporción de recursos que se van a requerir para cubrir los pasivos del próximo año son los más elevados desde 2001, cuando también representaron 2.8% del PIB.
De acuerdo con el paquete económico 2017, que el Ejecutivo entregó al Congreso, el monto por 568 mil 198 millones de pesos que se piden para cumplir con esta obligación es 19% superior a la estimada para 2016.
El costo financiero de la deuda pública presupuestaria incluye los pasivos del gobierno federal, de las empresas productivas del Estado (Petróleos Mexicanos y Comisión Federal de Electricidad), así como para los programas de apoyo a ahorradores y deudores de la banca.
El monto que se va a destinar para el cumplimiento de estas obligaciones financieras es más de dos veces superior al presupuesto que se propone para la Secretaría de Educación Pública en 2017, o 15 veces mayor que el que se plantea para la UNAM.
La mayor tajada de este costo financiero es por la deuda pública, que para 2017 es de 414 mil millones de pesos, es decir, 2% del PIB, y 12% más de lo que se pretende destinar este año.
El compromiso financiero de Pemex y CFE es de 118 mil 346 millones de pesos para 2017, que equivalen a 0.6% del PIB, y 36% más con relación a lo proyectado para este año.
Mientras que el apoyo a ahorradores y deudores de la banca, el costo que se debe erogar es de 35 mil 849 millones de pesos para el próximo año, lo que representa 0.2% del PIB, y 69% más que en este 2016.
Encarecen compromisos. La SHCP admitió en el documento que el costo financiero de la deuda pública presupuestaria solicitado para 2017 presenta un incremento con respecto a lo observado en años anteriores.
Detalló que la dinámica de este compromiso es resultado del entorno económico global que afectan las tasas de interés y el tipo de cambio, y también del endeudamiento que se va a contratar el próximo año para el financiamiento del presupuesto.
“En particular el proceso de normalización de la política monetaria en Estados Unidos conlleva un aumento tanto de las tasas de interés internas como de las externas. El efecto de las mayores tasas de interés para 2017 incrementa el costo financiero de la deuda tanto del gobierno federal como de Pemex y CFE.
Además, junto a las mayores tasas de interés que se prevén en 2017, se anticipa un mayor nivel de tipo de cambio, que incrementa el costo expresado en pesos de la deuda en moneda extranjera, informó Hacienda.
“Aunado a lo anterior, el aumento en las tasas de interés nominales también se refleja en un aumento de la tasa de interés real. Debido a que los recursos para el programa de apoyo a ahorradores dependen de la tasa real, su aumento provoca que para 2017 se incrementen las transferencias de recursos fiscales al IPAB.
Pensiones de Pemex y CFE. La SHCP destacó en el documento que otro componente asociado al aumento en el costo financiero de la deuda de 2017 está relacionado con el aumento estimado en el saldo de la deuda pública para el financiamiento del déficit presupuestal.
“En particular la estimación del costo financiero del gobierno para 2017 incorpora el costo financiero asociado a la deuda relacionada con una proporción de los pasivos pensionarios de Pemex y CFE que asumirá el gobierno como resultado de la reforma a la Ley Federal de Presupuesto y Responsabilidad Hacendaria del 11 de agosto de 2014”, puntualizó.
Pese a que el monto de la deuda y su tamaño como proporción del PIB son los más elevados en años, Hacienda consideró que el costo financiero está acotado y en un rango de variación moderado.
En juego, calificación del país. Las calificadoras tienen la mira puesta en los esfuerzos del gobierno para consolidar las finanzas públicas, tras el crecimiento sostenido de la deuda.
Tanto Moody’s, como Standard and Poor’s revisaron este año la perspectiva de México, de estable a negativa, y les va a tomar entre 12 y 18 meses tomar una nueva decisión sobre la nota crediticia, la cual depende de los esfuerzos que haga el soberano.
El analista económico de Invex, Joan Enric Domene, dijo que el deterioro de las finanzas públicas, junto a un escenario económico adverso, ha puesto en evidencia la necesidad de una consolidación fiscal.
“El gobierno necesita tomar medidas creíbles y alcanzables para mantener la calidad crediticia del país, que puede estar amenazada por el aumento descontrolado de la deuda”, dijo.
El director general de Análisis Económico de Banorte, Gabriel Casillas, consideró que con la propuesta de paquete económico Standard and Poor’s no va a degradar la calificación de México.