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La evasión de impuestos a través del traslado de las ganancias a un país de baja imposición no sólo se da por empresas multinacionales que operan en México, sino también de grupos hoteleros extranjeros mediante la triangulación de operaciones.
La práctica que descubrió la Organización para la Cooperación y Desarrollo Económicos (OCDE) y para la cual diseñó un plan conocido como Beps, por sus siglas en inglés, para que los países puedan combatir la erosión de la base fiscal, fue motivo de una tesis doctoral que derivó en un libro enfocado en el sector hotelero.
Linda Ambrosie, académica canadiense, se interesó en explorar las posibilidades de la actividad turística en términos de la recaudación estatal en México y por recomendación de la investigadora Laura Sours se enfocó en un aspecto.
Encontró que en lugares como el Caribe mexicano, las grandes cadenas hoteleras de España utilizaban el esquema de “todo incluido” para eludir el pago en tiempo y forma de los impuestos correspondientes a las ganancias obtenidas en el país.
A través del modelo All Inclusive, quien hace la reservación en un hotel por hospedaje y alimentos realiza el pago por anticipado fuera de México y sólo ingresa a territorio nacional una mínima parte.
Las compañías hoteleras no ingresan el monto total a sus centros de reservación en México y lo reponen con otras entradas, por ejemplo, servicios de spa. Luego reportan pérdidas para no pagar impuestos en el país.
En el caso de las cadenas españolas, los lugares por lo general no dan prestaciones laborales, porque contratan vía outsourcing para evadir el pago de 2% sobre nómina.
Las empresas de España suelen enviar sus ganancias a Holanda, para triangular los recursos y no informar a las autoridades sobre el impuesto al hospedaje de 3%.
Contribuyentes maravillosos. Para este trabajo fue clave la investigadora de la Universidad Anáhuac, Laura Sours, quien a raíz de un trabajo que realizó sobre la industria turística la contactó y ella le recomendó seguir esa línea.
Sours aseguró que “los hoteles All Inclusive merman la derrama económica que naturalmente tiene la actividad turística, porque desafortunadamente estos ingresos no se reflejan en las finanzas públicas de las entidades federativas”. Adelantó el resultado de un futuro documento, en el que analiza el esfuerzo fiscal de los estados con las transferencias intergubernamentales incorporando exclusivamente los ingresos por impuestos hoteleros.
“Se comprueba la hipótesis; si aumentamos 1% los ingresos por impuestos hoteleros en las entidades federativas su esfuerzo fiscal aumenta en más de 7%”, estimó la académica.
Señaló que algunas aprovechan esta actividad, tal y como lo refleja la clasificación mundial, que sitúa a México en el lugar 16 en términos de generación de divisas turísticas y el noveno lugar en entrada de visitantes.
Y eso tomando en cuenta sólo el turismo tradicional de sol y playa, pero hay muchas otras oportunidades que no se han explotado como el histórico, el gastronómico, enológico, religioso y el médico, que tiene una expectativa importante, afirmó.
“Hay más residentes de Estados Unidos que pasan nuestra frontera para someterse a operaciones quirúrgicas que les costarían millones en su país y que implicarían un trabajo burocrático enorme”, comentó la investigadora de la Universidad Anáhuac.