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En 2011, los gobiernos de México, Chile, Colombia y Perú generaron un atractivo proyecto de integración económica conocido como la Alianza del Pacífico. De forma conjunta, se ha establecido una estructura de trabajo institucional que incluye aspectos económicos, apertura conjunta de oficinas de representación internacional, temas de medio ambiente, intercambios educativos y cooperación, entre otros.
El acuerdo, muy especial en su diseño por ser un proyecto de nueva generación, tiene el propósito de impulsar con gran vigor a nuestros países en la escena económica global, en especial, en la región de Asia-Pacífico. Debe resaltarse también que concibe consolidar una imagen positiva y acción decidida de nuestras naciones en los escenarios de la coyuntura internacional, con una fuerte voluntad política.
Considerando datos oficiales, la Alianza reúne a unos 216 millones de personas en total y genera 39% del PIB de la región latinoamericana. Sus objetivos resaltan la necesidad de lograr la libre circulación de bienes, personas y servicios, impulsar el progreso incluyente y la competitividad económica, así como la implementación de una serie de consensos enfocados a aspectos políticos y que, a su vez, permita a nuestros países una interlocución más protagónica en la esfera multilateral.
En su conjunto, siguiendo datos de la Organización Mundial de Comercio, la región de América Latina participa con 5.2% del comercio mundial, una zona en la cual el intercambio de bienes recientemente ha experimentado contrastes por los vaivenes de la economía internacional. Por otra parte, Asia-Pacífico importa un 35% de lo que se produce en el mundo. Esta área, en especial, es también muy atractiva, pues de acuerdo con el Banco Mundial este será el espacio de mayor crecimiento económico para los próximos 25 años.
El aprovechamiento de oportunidades dependerá directamente de la fuerza institucional y los esfuerzos del empresariado y agentes sociales de nuestros países que puedan desarrollar y capitalizar los proyectos que se emprendan, pues prácticamente se ofrecen alternativas en las áreas de mercado, inversiones, promoción, educación, cultura y así en lo sucesivo. Debe señalarse, que particularmente en el contexto del Doing Business Report 2016 del Banco Mundial, los países de la Alianza ocupan las primeras posiciones en lo que concierne al ambiente para hacer negocios en América Latina, por lo cual, independientemente de la coyuntura sociopolítica por la que se atraviesa en este momento, requiere de muchas mejoras. Esto, sin duda alguna, es un elemento muy favorable para estimular los proyectos que procuren la participación más intensa con la región Asia-Pacífico.
La Alianza ofrece para México oportunidades de crecimiento en todas las esferas posibles, ya que recientemente se han consolidado acuerdos diversos como la puesta en marcha de un tianguis turístico, la facilitación aduanera, actividades económicas intrarregionales, eliminación de visas, promoción de exportaciones, entre otros.
A inicios de junio la realización de la XXXV Reunión de Alto Nivel efectuada en nuestro país, es un eslabón preparatorio para la XI Cumbre que se efectuará en Chile el próximo mes de julio. Con toda seguridad, los avances que se logren serán muy importantes en las áreas del fomento empresarial y en aquellas otras en las que participan los diversos grupos técnicos que forman parte de la Alianza. Cabe agregar que el papel de México es muy sobresaliente. Además de tener una fuerte proyección económica, el rol político que juega ha sido muy propicio para articular un acuerdo comercial en el que derivarán beneficios y ventajas para los distintos sectores de nuestra sociedad.
Por otro lado, el potencial intrarregional en materia de negocios es también muy alentador. Debe hacerse notar que algunas expectativas favorables para los productores mexicanos en los mercados de Chile, Colombia y Perú pueden verse, de entrada, en bienes como pantallas planas, vehículos, bebidas, varillas, aceites, plásticos, tubos, minerales y productos de consumo general ( y hay mucho más).
La Alianza es en realidad muy prometedora, pues ya concurre un número importante de observadores entre los que figuran China, Japón, Estados Unidos y Canadá entre otros. La Alianza nos propone crecer como país y también como proyecto latinoamericano. Sin embargo, para lograrlo, es necesario que todos los actores nacionales en nuestros casos (empresas, gobiernos y sociedades) trabajen con mayor ahínco para materializar de manera positiva los compromisos que se han establecido. Al tiempo, nuestra apuesta de crecimiento, por eso, una gran oportunidad para México.
Académico de UVM Campus Querétaro