Estos fueron los acuerdos: una camioneta pickup Chevrolet Silverado 1500 costaría el equivalente a 6 mil 687 dólares por un año de arrendamiento, la otra 10 mil 926 dólares, es decir 63% más.

Según Bloomberg, para Pemex, ambos contratos parecieron tener sentido en términos de negocios.

Ambos contratos de arrendamiento de flotilla tienen un valor combinado de 4 mil 800 millones de pesos (271 millones de dólares), y cobran relevancia en momentos en que Pemex lucha frente a los colapsados precios del petróleo y el fin de su monopolio de 76 años.

“Es como si fuera en contra de todo el discurso” sobre el recorte presupuestal, dijo Marcelo Mereles, ex funcionario de Pemex que ahora es socio en la consultora EnergeA.

Los dos contratos contienen virtualmente las mismas especificaciones para las camionetas, con excepción de los frenos ABS.

Funcionarios de Pemex no respondieron a las llamadas telefónicas ni correos electrónicos enviados por Bloomberg.

Un abogado de Integra, Antonio Holguín, dijo que el contrato de su compañía es más costoso por varias razones, incluyendo la expectativa de que las camionetas serán objeto de un uso más riguroso, aunque los dos documentos no señalen ninguna diferencia.

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