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noce.cruz@eluniversal.com.mx
Cinco de ocho empresas ferroviarias concesionarias se subieron a los rieles de la reforma energética.
Kansas City Southern, Ferromex, Ferrosur, Línea Coahuila-Durango y Ferrocarril del Istmo de Tehuantepec obtuvieron el permiso por parte de la Comisión Reguladora de Energía (CRE) para el transporte, por medios distintos a ductos, de petrolíferos en la modalidad de carro-tanques.
Se trata de un mercado con valor de casi 40 mil millones de pesos anuales, en el que van a participar todo tipo de compañías dedicadas al traslado de esta clase de productos desde propietarias de pipas y carro-tanques; arrendadoras del transporte de carga, y ahora el ferrocarril.
Incluso, las compañías que venían operando con Pemex deben obtener el permiso que emite la CRE, porque de lo contrario no podrán hacerlo.
Hasta ahora, la CRE ha otorgado mil 437 permisos a empresas dedicadas al transporte de petrolíferos vía terrestre, con las cuales tiene que competir el ferrocarril.
Actualmente se comercializan un millón 643 mil barriles diarios de petrolíferos en todo el país vía carro-tanques, pipas y ductos. De ese volumen, 772 mil barriles corresponden a gasolinas, 307 mil barriles a diesel, 62 mil a combustóleo, 16 mil a asfaltos y 54 mil barriles diarios más de otros petrolíferos (querosenos, parafinas, lubricantes, coque, naftas, gasóleo y combustible industrial).
Casi 60% del volumen de petrolíferos se mueve por ductos y el resto por carreteras federales (incluido un porcentaje mínimo que se movía a través del ferrocarril de carga).
Desde el pasado 31 de diciembre del 2015, las tres primeras ferroviarias pueden desplazar vía férrea gasolinas, diesel, turbosina o cualquier otro petrolífero en territorio nacional, usando la red ferroviaria. Línea Coahuila-Durango y Ferrocarril del Istmo recibieron el permiso el mes pasado y pueden mover hidrocarburos.
México posee una red de ferrocarriles de carga de 26 mil 687 kilómetros, manejada por concesionarios privados, que se extiende a través de la mayor parte del país, conectando los principales centros industriales con puertos y con conexiones a la red de ferrocarriles estadounidense.
Al igual que ocurre en Estados Unidos, los ferrocarriles en México buscan jugar un papel preponderante en el transporte de petrolíferos y entrar en competencia con las empresas propietarias de carrotanques que se mueven por carreteras federales.
De acuerdo con un estudio de la Asociación Mexicana de Ferrocarriles, “bajo un escenario de desarrollo económico conservador y con la hipótesis de alcanzar 35% en el mercado del transporte, el tráfico ferroviario de carga en México en 2025 puede ascender a cerca de 150 mil millones de toneladas-kilómetro, poco más del doble movilizado durante 2010.
“De lograrse un crecimiento más dinámico, del orden de 5% anual en promedio del PIB, el transporte de mercancías por vía férrea se puede elevar a alrededor de 200 mil millones de toneladas-kilómetro, muy cerca del triple del volumen actual”.
El organismo señala que un tren de 120 carros equivale a 280 tráileres, lo que reduce costos, además de minimizar tráfico en las entradas de las ciudades. Asimismo, desplazar hidrocarburos va a permitir reducir el robo de pipas y carro-tanques.
Antes de la entrada en vigor de la reforma energética, Petróleos Mexicanos daba contratos para transportar petrolíferos a firmas privadas.