El 5 de diciembre de 2014, el presidente nrique Peña Nieto presentó ante la Cámara de Diputados la iniciativa para la desindexación del salario mínimo. Después de un año y meses de arduo debate, el 27 de enero de 2016 se publicó el decreto por el que se declaran reformadas y adicionadas diversas disposiciones de la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos en materia de desindexación del salario mínimo; con lo que se pretende avanzar a un mayor ritmo en la recuperación gradual y sostenida del salario mínimo de nuestro país.

Según la Secretaría del Trabajo y Previsión Social, con esta reforma constitucional deberán actualizarse 149 leyes federales que hacen referencia a la figura del salario mínimo dentro de sus disposiciones; serán más de 870 artículos los que deben actualizarse, lo cual representará una ardua labor en materia legislativa.

Con información consultada en CONASAMI, el salario mínimo en México aumentó 4.2% con respecto a 2015 “ascendiendo” a $73.04 pesos diarios. De acuerdo con el Instituto Nacional de Estadística, Geografía e Informática (Inegi) en su Encuesta Nacional de Empleo 2015, de la población ocupada, 7.6 millones de personas carecen de instrucción y perciben un salario mínimo.

En muchos países la distribución de salarios y empleo remunerado ha sido determinante de las tendencias recientes de la desigualdad. Ello resalta la importancia de instituciones y políticas del mercado laboral, en particular, del salario mínimo y de la negociación colectiva, que inciden en la distribución equitativa.

La edición 2015 del Employment Outlook de la Organización para la Cooperación y Desarrollo Económicos (OCDE) entrega una evaluación y proyección a corto plazo de las tendencias del mercado laboral con foco especial en el salario mínimo. Contiene capítulos sobre: competencias y desigualdad de ingresos; el rol de las políticas de activación para conectar a individuos con puestos de trabajo; movilidad de ingresos, riesgo laboral y desigualdad a largo plazo; y calidad del trabajo en grandes economías emergentes.

De acuerdo con este informe, el desempleo en México es bajo (4.3% en 2015) en comparación con el promedio OCDE (7%), y ha tendido a la baja; sin embargo, México es también el país OCDE que menos gasta en políticas activas de empleo.

Se observa que en los años precedentes a la crisis económica y financiera mundial, en muchos países como México, los salarios no aumentaron en consistencia con la productividad. Por lo que la agudización de la disparidad entre salarios y productividad se ha traducido en la reducción de la participación de la renta del trabajo en ingresos nacionales.

El crecimiento del salario real también perdió velocidad entre 2012 y 2013 en América Latina y el Caribe, donde Brasil y México fueron quienes más impulsaron las tendencias regionales. En México el salario real se redujo tanto en 2012 como en 2013, mientras que en el Brasil su crecimiento se desaceleró en 2013.

Por su parte, la Organización Internacional del Trabajo (OIT) presentó el Informe Mundial sobre Salarios 2014/2015, el cual muestra las últimas tendencias del salario medio y un análisis del papel de los salarios en desigualdad de ingresos.

En este informe se puede apreciar que en México, la productividad creció más que los salarios; ello se refleja en la reducción de la participación de los ingresos del trabajo en la renta nacional desde inicios de los 2000. De acuerdo con este informe, parece habermás consenso acerca de que un nivel elevado de desigualdad es problemático por varias razones.

Concluye el informe afirmando que el nivel de desigualdad es un resultado natural de la heterogeneidad del perfil de las personas, y representa un incentivo para que estas inviertan en capacitación y pongan empeño en el trabajo, un nivel elevado y creciente de desigualdad de ingresos puede convertirse en un obstáculo a la igualdad de oportunidades y quebranta la movilidad social. Ello puede desalentar el empeño individual, y mermar la sensación de justicia en una sociedad, e incidir en la cohesión social.

Pese a la complejidad de la vinculación entre desigualdad y crecimiento, la atención se dirige a los efectos adversos de la desigualdad en la salud y la educación, en la estabilidad política y económica y en el consenso necesario para el buen funcionamiento de la sociedad.

*Académico de la Universidad Tecnológica de México

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