Diseñar, armar e instalar muebles a la medida se convirtió en una microfranquicia que hoy ofrece una oportunidad de vida a quien lo desee a cambio de una inversión menor a 50 mil pesos. MASISA, una empresa chilena de la industria madererera, fue una de las primeras que le apostó a la creación de uno de estos establecimientos como parte de su modelo de negocio y, en conjunto con el Banco Interamericano de Desarrollo y Fundes México, creó Estilos, una microfranquicia que permite que los consumidores reciban muebles fabricados a su gusto.
Pero, ¿cómo funciona este tienda? Las microfranquicias son modelos de negocio que han sido diseñados y dirigidos principalmente hacia la población de bajos recursos y que, de acuerdo con varias experiencias exitosas alrededor del mundo, se ha convertido en una opción de sustento para ese grupo de población.
En vez de establecer una tortillería, zapatería, estética o cualquier otro pequeño negocio sin la mínima planeación y sólo por supervivencia, mediante esta estrategia se ofrece todo un paquete de manuales, análisis de mercado, asesoría y acompañamiento que permite a las personas operar, generar ingresos y ser rentables.
El estudio Microfranquicias: Estado del arte y experiencias exitosas en México y el mundo, explica el objetivo de una microfranquicia: promover el desarrollo económico mediante el desarrollo de modelos de negocio sólidos, como una herramienta de alivio a la pobreza.
Entre sus características se encuentran el que es simple y sistematizada, surge de una necesidad real de mercado, requiere una inversión relativamente baja y está dirigida a clientes de bajos recursos o clase media.
“La idea es que todas las personas que quieren ser dueños de un negocio, y que no necesariamente tienen una idea de en qué hacerlo, o la educación para hacer el plan de negocios, pueden operar una empresa ya hecha”, explica Silvia Mancilla, gerente de nuevos negocios de Fundes, México, una institución que hoy colabora con el Banco Interamericano de Desarrollo en la construcción de modelos de negocio dirigidos a población de bajos recursos, como es el caso de las microfranquicias.
Así, Masisa incluyó este modelo dentro de su estrategia global y funciona así: el microfranquiciatario hace la propuesta de diseño y cotización al cliente, una vez que éste es aprobado, es enviado a un centro de elaboración y de ahí sale listo para armar e instalar.
La empresa sostiene en un documento que da testimonio sobre este modelo de negocio que así se “cubre una amplia cadena de valor” que inicia con la fabricación de paneles de madera y que termina con la fabricación de muebles a la medida por parte de los franquiciatarios de Estilos, los cuales, como parte de esta forma de franquiciar, reciben asesoría y acompañamiento por parte de la empresa grande lo cual le permite reducir las posibilidades de fracaso.
“No es hacer responsabilidad social, sino que es un punto medio entre ésta y las ventas, porque no sólo es comerciar sino formar empresarios. Es una manera innovadora de hacer inclusión social”, explica Silvia.
Hoy Masisa tiene más de 50 microfranquicias operando. Y es que esta forma de negocio no sólo beneficia al franquiciante sino que le da una opción de vida al franquiciatario.
El reto hoy es que cada vez más empresas grandes se decidan a iniciar el proceso para crear una microfranquicia ligada a su modelo de negocio, porque hoy son pocas todavía. En 2015 el Instituto Nacional del Emprendedor contó con una vitrina de microfranquicias que incluían sólo nueve marcas acreditadas, entre las que se encontraban Pepsico, Nescafé, Masisa, Peñafiel y Microsoft. Este año se espera se sumen seis más aproximadamente.
Para dos
A las empresas grandes les conviene entrar en este modelo porque no sólo estarían ofreciendo una oportunidad a quien lo necesita, sino que también, por supuesto, representa una nueva forma de colocar sus productos y sus servicios a más consumidores en el mercado.
“Aseguramos que las grandes empresas involucren a personas que de otra forma no tendrían esta oportunidad, entonces es un modelo incluyente, y como está ligado a su modelo de negocio es sostenible, porque la empresa no gana de vender microfranquicias, sino que gana a través del desplazamiento de producto a través de este canal”, explica Silvia.
Entre las ventajas de este modelo se encuentran el que no necesariamente se necesita ser un emprendedor; tampoco de manera forzosa tiene un componente creativo; el riesgo de abrir una empresa disminuye debido a que es un modelo probado y que corresponde a las necesidades del mercado; además, también se busca transferir herramientas empresariales al microfranquiciatario, según enlista el estudio Microfranquicias: Estado del arte y experiencias exitosas en México y el mundo.
Pero no sólo las empresas grandes son las que pueden funcionar de esta manera. También hay casos de pequeñas y medianas empresas que lo hacen. Por ejemplo, Paleterías La Michoacana, funciona así, la cual, a pesar de no seguir un modelo de microfranquicia definido, señala el estudio, opera bajo un modelo sencillo que permite que los franquiciatarios compren la materia prima y el equipo y tengan “amplia libertad” para operar.
¿Cómo acceder a este modelo?
El Instituto Nacional del Emprendedor ofrece, a través de la convocatoria 4.2 Fomento a la adquisición del modelo de microfranquicias, la oportunidad de solicitar apoyo dentro del programa de mipymes.
El valor de la microfranquicia no podrá ser mayor de 50 mil pesos y la ayuda que te ofrecerá el Inadem será máximo de 70%, es decir, de hasta 35 mil pesos. La convocatoria todavía no está abierta —abre en 62 días— pero puedes revisarla en el sitio de la institución, la cual tiene una vitrina de microfranquicias la cual estará disponible para que tú puedas escoger cuál es la que te interesa y de ahí puedas iniciar el proceso. Para ser elegible en este programa necesitas estar legalmente constituida como persona física o moral estratificada como microempresa, elegir la que te interese y acreditarte en el Programa de Microfranquicia en línea.
Es necesario que en el proceso de búsqueda de microfranquicias te fijes en que ésta sea seria. “Si no hay identidad corporativa, no tienen oficina o no hay página de internet, lo mejor es que te retires. El peor error que uno puede tener es invertir en algo improbable, como que te digan que serás multimillonario en poco tiempo o que inviertas tu dinero en algo que no existe”, recomienda Ferenz Feher, director general de la consultoría especializada Feher & Feher.