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noe.cruz@eluniversal.com.mx
El crimen organizado sigue retando al gobierno federal en el robo de combustibles, pues está intensificando este delito en el país.
En los primeros dos meses de este año, realizó mil 646 tomas clandestinas, una cuarta parte de todo lo que perforó en la infraestructura de ductos de Pemex en 2016.
De acuerdo con información de Petróleos Mexicanos entregada vía la Plataforma Nacional de Transparencia del gobierno, los grupos delictivos realizaron 28 perforaciones en promedio diario entre el 1 de enero y el 28 de febrero a lo largo de la red de ductos, nueve más de las que ejecutaron en promedio por día en 2016, cuando este delito alcanzó niveles históricos, con 6 mil 873 tomas clandestinas.
De continuar esta tendencia, el número de tomas clandestinas puede superar las 9 mil en este año, un número nunca antes registrado en México, según fuentes consultadas del sector que pidieron el anonimato.
Este delito no sólo supone el robo de hidrocarburos sino el daño que provocan en la red de ductos de la petrolera, toda vez que el número de tubos dañados por este ilícito aumentó de 57 en 2008 a 100 en 2015, cifra que se redujo a 92 en 2016, pero que a febrero de este año suma 51.
El problema alcanzan niveles alarmantes porque en 23 entidades el crimen organizado roba combustibles, desde gasolinas, diesel, gas, petróleo crudo e hidrocarburos en general.
Corroen entrañas petroleras. En los últimos dos años, al menos 10 cada 100 municipios del país están siendo corroídos por este delito.
Los estados con más municipios donde se presenta este ilícito son: Veracruz, con 29 localidades; Hidalgo, con 22; Estado de México, con 19, y Puebla, con 17 en lo que va del año.
En 2016 las cosas no fueron diferentes: en 36 municipios de Veracruz se registró este flagelo; en el Estado de México el problema se extendió en 31 alcaldías; en Puebla fueron 24, y en Hidalgo se reportaron 23.
Los municipios dominados por los huachicoleros están identificados por las autoridades federales, estatales y municipales, y si antes se movían de un lado a otro, de acuerdo con las acciones que tomaba el gobierno federal, hoy permanecen en ellos en una actitud abierta de reto, explicaron las fuentes consultadas.
Entre 2014 y el primer bimestre de 2017, los grupos delictivos concentraron su actividad y se mantuvieron en el municipio de Tierra Blanca, Juan Rodríguez Clara, Acayucan, Omealca y Tihuatlán en Veracruz.
En Hidalgo, se establecieron principalmente en Cuautepec de Hinojosa, Tlanalapa, Tula de Allende, Tepetitlán y Tepeaculpo.
En el Estado de México tienen fuerte presencia en Otumba, Axapusco, Ixtlahuaca, Acolman y Polotitlán, mientras que en Puebla los municipios más afectados son Tepeaca, Acajete, Acatzingo, Quecholac, Amozoc de Mota y Palmar de Bravo.
Pemex había advertido del incremento de actividades delictivas contra sus instalaciones y productos.
En su último reporte a la Bolsa Mexicana de Valores, la petrolera asegura que uno de los factores de riesgo para sus operaciones es el incremento en la actividad del crimen organizado.