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miguel.pallares@eluniversal.com.mx
El mercado de lujo en México crecerá a una tasa de 6% este año, pese al impacto por el tipo de cambio y el efecto por la llegada de Donald Trump a la presidencia de Estados Unidos, y cerca del triple del crecimiento esperado para la economía mexicana, de acuerdo con firmas especializadas.
Las ventas de prendas de diseñador, relojes, vinos, joyería y automóviles de lujo ascienden a más de 14 mil millones de dólares en México, es decir, que uno de cada 10 pesos gastados en la economía nacional llega a manos de empresas de productos premium, de acuerdo con datos de la plataforma de análisis Luxury Lab.
Convertidos a pesos, los ingresos generados por este segmento del mercado ascendieron a 280 mil millones de pesos en ventas, equivalente a 1.4% del Producto Interno Bruto (PIB). En Latinoamérica, según Luxury Lab, México representa 32% del mercado de lujo regional, arriba de 28% de Brasil.
La empresa de investigación de mercados Euromonitor International realiza un cálculo del mercado de lujo sin contemplar al sector automotriz por cuestiones metodológicas, y estima que las ventas en esta industria rondarán 69 mil 121 millones de pesos en 2017, equivalente a un aumento de 6% contra el dato de 65 mil 226 millones de pesos de 2016.
En 2016 la economía mexicana creció 2.3%, mientras que las ventas de productos de alta gama aumentaron 9%, según cifras del Inegi y de Euromonitor International.
En los últimos cinco años, precisa Euromonitor, la tasa de crecimiento promedio del mercado de lujo fue de 9.1%, aunque creció a doble dígito o más de 10% en 2012. En este quinquenio, México también fue el país número uno en ventas de artículos de lujo en la región, al superar a Brasil en 2012.
Entre las categorías de productos más comercializados en el sector de alta gama destacan ropa de diseñador, con ventas anuales por 27 mil 371 millones de pesos; relojes, 8 mil 432 millones; vinos y bebidas, 5 mil 481 millones; artículos de cuero, con 7 mil 924 millones de pesos, y lentes, con ingresos por 6 mil 757 millones de pesos.
Le siguen joyería, con 5 mil 137 millones de pesos; cosméticos y belleza, 3 mil 991 millones de pesos; instrumentos de escritura y papelería, 129 millones de pesos, y electrónicos, con 2 millones de pesos en ingresos, estima la firma basada en Londres.
El estudio Las Potencias Globales de Artículos de Lujo 2016 elaborado por Deloitte detalla que las principales firmas a nivel mundial en este sector son LVMH Moët Hennessy Louis Vuitton, Compagnie Financiere Richemont, The Estée Lauder Companies, Luxottica Group y The Swatch Group.
En México, sólo una mínima parte de la población goza de características para adquirir productos de lujo. Credit Suisse, en su Global Wealth Report 2016 estima que hay 99 mil millonarios mexicanos, que representan 0.8% de la población nacional. En contraste, 46.2% vive en la pobreza.
Para Credit Suisse, un millonario es una persona con más de un millón de dólares. En perspectiva, a nivel mundial sólo 0.7% de la población puede considerarse millonario.
En el caso de México, el número de millonarios tuvo una reducción de 13%, al pasar de 114 mil a 99 mil de 2015 a 2016, según el grupo financiero. El número de mexicanos con riqueza superior al millón de dólares representa 0.3% de los 32 millones 931 mil millonarios que existen en todo el mundo.
¿Qué pasa en el mercado? Abelardo Marcondes, director general de Luxury Lab, explicó que el año pasado el sector de alta gama tuvo un buen desempeño, a pesar de diferentes adversidades como la depreciación del peso frente al dólar y la incertidumbre generada por las elecciones en Estados Unidos.
“El sector había crecido a tasa de dos dígitos anuales; después ya no repuntó tanto, pero es un sector más dinámico que la economía mexicana”, detalló.
El experto explicó que en caso de crisis, el sector de lujo no es el primero en ser afectado, pero no es inmune.
Consideró que el tipo de cambio tendrá un efecto en las ventas de 2017 debido al retraso en los inventarios, aunque una ventaja es que las marcas han reactivado sus presupuestos al tener mayor claridad sobre las reacciones inmediatas del nuevo presidente de Estados Unidos.
“En los primeros meses de este año las marcas se detuvieron mucho, hubo preocupación por los cambios políticos y económicos de Trump, pero ya regresaron con sus presupuestos, campañas y actividades”, agregó Marcondes.
Las tendencias que prevé el fundador de Luxury Lab para los siguientes años en el mercado de lujo incluyen el rápido crecimiento de las ventas online, así como una mayor demanda de productos que protegen el medio ambiente o marcas con mayor responsabilidad social.
Érick Calvillo, socio líder de consumo de Deloitte, recordó que la desaceleración a nivel mundial del mercado de lujo comenzó en 2014, a consecuencia del crecimiento de la economía china, mientras que en Latinoamérica un factor importante del menor dinamismo fue Brasil con sus diversas crisis.
“En México hemos tenido buenos crecimientos del mercado de lujo, pero a partir de la elección de Donald Trump y los efectos que ha tenido en la confianza de los consumidores, así como otros temas políticos, han hecho que todo el mercado tenga una desaceleración importante”, destacó.
Para el experto, la perspectiva de crecimiento es retadora para 2017, pues cambian las tendencias de consumo.
“Por ejemplo, en el tema de bolsas de mano a las nuevas generaciones no les agrada tanto que la marca esté en toda la bolsa. Ahora no funciona eso, quieren algo menos llamativo”, dice.
Fátima Linares, gerente de investigación de Euromonitor International, consideró que los bienes de lujo son de alguna forma “a prueba de crisis”, e incluso tienen espacio para crecer más rápido que industrias más consolidadas o maduras.
“Esto combinado con el crecimiento de la clase media del país, cuyo concepto de valor es la calidad al precio justo, está dando lugar a la demanda de bienes de lujo. Las empresas tendrán que adaptar sus estrategias para competir en un entorno más desafiante”, dijo la analista.
Linares recuerda que en 2016 los principales actores internacionales, que en su mayoría importan sus
productos, comenzaron a sentir presión por la devaluación del peso mexicano, y aunque decidieron mantener precios para no afectar la demanda, comenzaron a participar en promociones o descuentos.
“La pregunta es si será sostenible a largo plazo, las empresas tendrán que adaptar cada vez más sus carteras con los cambios en la estructura social en México, mientras que los principales almacenes de lujo y gama alta como El Palacio de Hierro y Liverpool, garantizarán una oferta más amplia de bienes de lujo”, añadió.
El panorama para el mercado de lujo todavía es positivo en México. Pese a la abrumante pobreza en el país,
unos cuantos millonarios y la clase media mexicana no se detienen para “engordar” los bolsillos de las lujosas empresas multinacionales.