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El Banco de México (Banxico) no se apresurará en sacar la regulación de las monedas virtuales que forman parte de lo que mal se ha llamado como la iniciativa de ley fintech, dice el gobernador de la institución, Agustín Carstens.

Anticipa que la clave es tener un soporte tecnológico sólido y robusto que evite riesgos, o bien blindarlo de robos y fraudes, y con eso se pueda convertir en moneda nacional.

Por eso en el Banxico ya están usando el bitcoin con montos pequeños para familiarizarse, sin que eso represente operaciones del banco central. Son sólo experimentos, aclara.

“Es un tema en el que nos vamos a ir a paso lento, pero seguro”, advierte en entrevista con EL UNIVERSAL en la oficinas que ocupa en el Fondo Monetario Internacional (FMI), como presidente del Comité Monetario y Financiero Internacional, donde también habló de los 100 días de la nueva administración en Estados Unidos. “El foco hacia México se ha diluido. Hay espacios para ganar-ganar”, afirma.

En marzo de 2014 el Banco de México hizo advertencias sobre el uso de activos virtuales como sustitutos de medios de pago de curso legal. ¿Por qué van a regularlo con la ley de tecnología financiera?

—La realidad es que esta iniciativa que mal se ha llamado de fintech, es muy importante. Es una iniciativa que incluyendo viajes como este, participando en foros como del Fondo (Monetario Internacional), también en el BIS (Banco de Pagos Internacionales), es un tema que está progresando a grandes pasos. La exposición a diferentes experiencias internacionales también nos ha hecho pensar mucho en este tema, queremos adoptar las mejores prácticas internacionales.

Todavía tenemos que definir con gran precisión, todo este asunto de los activos alternativos. Es un tema en el cual tenemos que estar seguros de cuáles serían las repercusiones, y tampoco queremos correr mucho más rápido de lo que hagan otros países.

Lo importante es tener un marco jurídico en el cual en su momento podamos tomar decisiones. Obviamente uno puede tener una ley marco, y después sacar la regulación, y primero habrá que ver qué pasa en el Congreso. Sí nos tendremos que tomar nuestro tiempo para hacer una buena lectura de lo qué es más conveniente.

Es un tema poco explorado a nivel internacional, y por lo mismo vamos a ser muy cuidadosos en tomar una buena decisión.

Obviamente, la idea y este es el concepto que engloba toda la iniciativa, es privilegiar la innovación financiera tecnológica que sirva para bajar los costos de transacción y que permita una mayor inclusión, pero tenemos que estar 100% convencidos de que entendemos todas las aristas de este cambio. Es un tema en el que nos vamos a ir a paso lento, pero seguro.

En ese entonces ustedes mencionaban que las bitcoin y Litecoin no tenían un respaldo de una institución. ¿Cuál moneda se va a permitir usar? ¿El Banco de México la va a respaldar? ¿Cómo?

—Ese es el problema fundamental. Por eso los criterios son importantes. Uno que es esencial es que el soporte tecnológico sea sólido, sea robusto, que eso evite los riesgos y, bueno, obviamente que eso se pueda convertir en moneda nacional.

Pero realmente darle esa característica tiene que ser algo que esté muy bien hecho, y por eso todavía estamos en ese proceso de definirlo, por eso hay muy pocos países que han sacado una regulación al respecto. Nos tenemos que dar el tiempo necesario para entender bien todas las aristas e ir avanzando en paralelo con otros países. Este grado de incertidumbre existe en todos los países del mundo.

Se decía que eran operaciones mínimas, ¿han crecido mucho de 2014 a la fecha?

—Sí ha crecido algo, pero también ha sido muy irregular, y eso es un tema que nos preocupa un poco, porque muchas veces por ejemplo en bitcoin sí ha habido una cierta tendencia a la alza, pero sigue siendo sin ser un monto sustantivo que circula.

Lo preocupante es que periódicamente hay problemas técnicos, tecnológicos, de hackeo, de robos, y eso nos pone a nosotros bastante nerviosos.

Sí tenemos que estar plenamente
seguros de la integridad tecnológica, que estén bien blindados, y no exponer al público.

¿Usted ha hecho alguna operación con bitcoin?

—Yo no, aunque sí tengo que reconocer que en el banco, para aprender, sí ha habido algunos, por decir así, esfuerzos de laboratorio, de hacer el proceso de miras al trabajo que hay que hacer, pero únicamente con el objeto de irnos familiarizando con la tecnología, y obviamente son de bajísima escala.

Han sido esfuerzos de aprendizaje, no se ha utilizado en ninguna instancia para hacer alguna operación de banca central, más bien han sido experimentos de montos muy pequeños.

Los 100 días de Trump

Carstens hace un balance de lo que ha pasado desde que tomó posesión Donald Trump como presidente en Estados Unidos, y lo que ello representa para México:

“Obviamente ha habido un proceso de aprendizaje en el gobierno de Estados Unidos, creo que es muy diferente estar en un proceso electoral, que tener una responsabilidad de gobierno. Se ve que ya cuando está en la responsabilidad de gobierno, pues uno tiene que gobernar para todos y no sólo para un grupo de personas, y obviamente se ven las diferentes visiones sobre ciertos temas”, explica.

Dice que mucha gente que votó por Trump tenía cierta opinión del Tratado de Libre Comercio de América del Norte (TLCAN), y los que no votaron por él tenían otra visión sobre el tratado, y ahora se tiene que enfrentar a ambas realidades.

Refiere que en la campaña hubo una concentración de las opiniones de Trump sobre ciertos países como México y China, pero cuando ya está gobernando y siendo EU la economía que es, tiene que ver la realidad de muchos países. El foco hacia México se ha diluido, pondera.

Menciona que se ha logrado construir a través de los secretarios de Relaciones Exteriores, Luis Videgaray; de Economía, Ildefonso Guajardo, y de Hacienda, José Antonio Meade, un canal institucional de diálogo y de interacción que ha funcionado bien.

Estima que se viven las etapas iniciales de la relación bilateral, con algunos pasos formales.

“Va a ser un tema que no se va a resolver rápidamente; primero, el hecho de que se esté encaminando el debate a un ámbito institucional ha sido bueno. Por otro lado, algunas de las manifestaciones de las preocupaciones han exigido respuesta del Banco de México: tuvimos que subir las tasas y eso hizo más atractiva nuestra moneda al inversionista. Eso ha ayudado a la estabilización de la moneda nacional, ha habido respuestas del gobierno”, afirma Carstens.

Destaca que la Secretaría de Hacienda ha reforzado el proceso de consolidación fiscal, y por otro lado la economía mexicana en el primer trimestre ha tenido sorpresas para bien. Eso ha ayudado a que la percepción sobre México mejore, afirma.

Si bien por un lado hay una respuesta institucional por parte de Estados Unidos, lo que ha sido favorable, por otra parte los mercados han apreciado la responsabilidad con la que se han ajustado la política fiscal y monetaria, y eso es lo que nos está dando una “mejor manera de transitar estos meses de incertidumbre”, considera.

Ganar-ganar

Para el futuro gerente general del Banco de Pagos Internacionales (BIS, por sus siglas en inglés), hacia futuro lo ideal sería el escenario en el cual se pueda mantener el diálogo y abordando los temas fundamentales en la relación bilateral.

“Creo que hay espacios para que haya una posibilidad de ganar-ganar, sobre todo porque hay muchos temas que no se habían discutido en el TLCAN, y en la medida en que se vaya materializando ese escenario, creo que se va a seguir manifestando en la fortaleza financiera y la fortaleza cambiaria del país”, afirma Carstens.

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