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ruben.migueles@eluniversal.com.mx
Canadá y México están altamente expuestos ante cualquier cambio de la política comercial de Estados Unidos porque ambos países envían más de tres cuartas partes de sus exportaciones a ese territorio, mientras que una cuarta parte de las exportaciones globales de la economía más grande del mundo son enviadas a los socios del TLCAN, dijo Jean François Perrault, economista en jefe de Scotiabank.
Estados Unidos no es inmune a las consecuencias negativas que puedan traer lo cambios en su política comercial si las negociaciones del TCLAN fracasan, cualquier iniciativa de ese país para imponer tarifas comerciales a Canadá y a México pueden tener un impacto macroeconómico en las tres naciones y efectos potencialmente graves en los estados, provincias y en sectores industriales, agregó el especialista.
De acuerdo con un análisis elaborado por el área de estudios económicos de Scotiabank, Estados Unidos depende menos del comercio con sus socios del TLCAN, pero sus cadenas de producción están altamente integradas con Canadá y México, las cuales pueden enfrentar aranceles relativamente más altos que las otras dos naciones si los tres revirtieran el comercio bajo el esquema de la nación más favorecida.
El estudio del banco canadiense advierte que México está expuesto al comercio con Estados Unidos en un grado similar al de Canadá. En particular, prácticamente 81% de las exportaciones nacionales se dirige a Estados Unidos, lo que fue equivalente a casi 26% del PIB de México en 2015.
Ese año, México ocupó el tercer lugar entre los principales proveedores de bienes importados para Estados Unidos, debajo de China y Canadá. Los tres productos principales que exportó el país a Estados Unidos en 2015 fueron vehículos, autopartes, equipos electrónicos y maquinaria.
Los especialistas reconocen que los estados fronterizos mexicanos dependen en gran medida del comercio con Estados Unidos en comparación con otras entidades situadas más al sur de ese país, por lo que serían los más sensibles a cualquier cambio de la política comercial, por más pequeños que sean los ajustes.
Miembros de alto nivel del gobierno estadounidense se han referido a la madera blanda, los productos agropecuarios y los productos alimenticios terminados, principalmente, como aquellos sectores fuera del alcance del TLCAN en los que desean revisar las relaciones comerciales con Canadá y México.
Los representantes estadounidenses han mostrado también interés por revisar las reglas de origen y los mecanismos de solución de controversias del TLCAN de modo que sean más favorables para Estados Unidos.
Si bien los cambios buscan ante todo incrementar el contenido estadounidense en las líneas de producción, estos ajustes pueden igualmente aumentar el porcentaje de contenido proveniente de Canadá y México, logrando así que el funcionamiento del TLCAN sea más equitativo y eficiente para los tres países.
Por su parte, los representantes mexicanos han mencionado a las telecomunicaciones, la energía y el comercio electrónico como temas posibles de negociación, prevé el estudio elaborado por Scotiabank.
Finalmente, los especialistas esperan que las negociaciones sobre la revisión del TLCAN concluyan de manera ordenada, pero si acaso desembocan en un callejón sin salida cualquier medida unilateral que pudiera tomar Estados Unidos para imponer aranceles al comercio con Canadá y México puede tener un impacto macroeconómico significativo en los tres países, con posibles efectos graves para ciertos estados, provincias y sectores industriales.