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El Banco de México (Banxico) decidió cerrar el año con un apretón monetario de 50 puntos base, como lo esperaba el consenso del mercado para llevar la tasa de referencia de 5.25% a 5.75%.
A inicio de 2016, el objetivo para la Tasa de Interés Interbancaria se encontraba en 3.25%, pero ante la caída de los precios del petróleo, el Brexit, la volatilidad de los mercados financieros internacionales, la depreciación del tipo de cambio, el proceso electoral en Estados Unidos y el triunfo de Donald Trump, el banco tuvo que subir el costo del dinero en cinco ocasiones.
Todos los ajustes que hizo la Junta de Gobierno en política monetaria en el año ameritaron una dosis de 50 puntos base de la tasa de referencia como una defensa en contra de la inflación para evitar que el superdólar contamine los precios al consumidor y deteriore el poder adquisitivo de mexicanos.
Así, de nueve reuniones que tuvo la Junta de Gobierno en 2016, una que se tuvo que convocar de forma extraordinaria, en cinco se decidió aumentar el objetivo de la tasa.
Es decir, si se suma el incremento de tasas que hizo el banco central en el año, el costo del dinero se encareció en 250 puntos base y en comparación con hace un año, desde diciembre de 2015, el ajuste es de 275 puntos base.
Acción preventiva. En la última reunión del año, la Junta de Gobierno decidió subir más la tasa debido a que son acciones preventivas.
“El Banco de México ha venido actuando de manera preventiva a lo largo del año, procurando que el ajuste en precios derivado de la depreciación del tipo de cambio real ocurra de manera ordenada, y no se provoquen efectos de segundo orden en el proceso de formación de precios en la economía”, expuso al anunciar la política monetaria.
Hizo ver que también es importante considerar tanto la naturaleza transitoria de los choques que enfrentará la inflación en 2017, como el horizonte en el que operan los canales de transmisión de la política monetaria.
Justificó que los aumentos en la tasa que se han registrado en el año, y que han ampliado el diferencial de las tasas de interés nacionales con respecto a las de Estados Unidos, se verán reflejados en la economía para 2017 y contribuirán a que el alza de los precios retome una tendencia descendente, convergiendo en 2018 a la meta de 3%.
Incremento agresivo. El subdirector de análisis de Vector, Luis Adrián Muñiz, opinó que el incremento de 50 puntos en la tasa de referencia fue agresivo, pero en línea con la manera en que Banxico ha actuado recientemente.
“El banco va perdiendo margen de acción poco a poco y es que los incrementos no son gratis, tienen un costo, pues mientras haya tasas mayores y se sigan ajustando al alza, se va sacrificando dinamismo económico”, expresó.
Si Banxico cree que se pueden desanclar las expectativas inflacionarias y la Fed sube 25 puntos base su tasa referencial, en México van a subir aún más los intereses, opinó.
Muñiz expuso que mientras suban las tasas se evita salida de capitales del país o incluso se puede incentivar la entrada, lo que se refleja en el tipo de cambio y en las expectativas de inflación.
Para el director del Instituto para el Desarrollo Industrial y el Crecimiento Económico, José Luis de la Cruz, no fue agresivo el aumento de 50 puntos base en la tasa de referencia, pues Banxico tenía que compensar el ajuste que hizo la Fed y también la pérdida de valor de las inversiones en pesos frente al dólar, es decir, dar un mayor premio a extranjeros por mantener deuda mexicana.
Primeras víctimas. El alza se reflejará de inmediato en productos de crédito simple, principalmente tarjetas de crédito, dijo el presidente de la Comisión Nacional para la Protección y Defensa de los Usuarios de los Servicios Financieros, Mario Di Costanzo.
Con esto, el aumento en los intereses de los plásticos será por lo menos de dos puntos porcentuales, explicó.
Di Costanzo alertó a la población que los créditos hipotecarios también se verán impactados, aunque tardarán más en reflejar el aumento.
