cartera@eluniversal.com.mx

El mercado tiene descontando que las principales agencias valuadoras de riesgo crediticio podrían revisar a la baja la calificación de México, aunque no se perdería el grado de inversión, consideró el UBS Bank.

En entrevista con EL UNIVERSAL, el director ejecutivo y estratega de la oficina principal de inversión para UBS México, Esteban Polidura, dijo que en todo caso la calificación podría estar dos escalones por arriba del grado de inversión.

Se perdería la máxima calificación, sólo si hay un cambio radical con una evidencia concreta que no vislumbramos en el corto plazo, explicó el especialista.

El ejecutivo de la Unión de Bancos Suizos también habló sobre el aumento al salario mínimo y su impacto en la inflación, el tipo de cambio y del efecto que tendrá Estados Unidos en México con el resultado de las elecciones, así como del intercambio comercial, situación que será manejable.

“El otro gran tema de noticias además del tema del efecto de cambio de estafeta en Estados Unidos es el tema de la calificación soberana de México”, dijo. Expuso que si México tiene un Producto Interno Bruto creciendo en alrededor de 2% y presiones en el comercio e inflacionarias, contención del gasto en la parte alta y ciertas presiones internas que se podrían derivar de un consumo interno que se desacelera al igual que la industria como otros muchos ingredientes como la migración, habría que estar tomando medidas correctivas de forma rápida y eficiente para evitar que eso pudiera alertar a las calificadoras.

“Si se diera una reducción en la calificación, lo que nosotros vemos de acuerdo con dónde está el riesgo país, y algunas otras métricas, es que el mercado está descontando mucho de lo que podría ser una reducción de la calificación; como saben las dos grandes calificadoras, Standard & Poor´s y Moody´s tienen una visión con una perspectiva negativa y ya desde entonces el mercado empieza a cuantificar esto”, matizó.

Estableció que si se da esta reducción, no sería un cambio drástico a la percepción del inversionista internacional porque todavía México se mantendría uno o dos escalones arriba del grado de inversión.

Ambiente político. Respecto al panorama político, señaló que lo más relevante es que a medida en que 2017 comience a ver más claridad y menos incertidumbre al inversionista de lo que la política en Estados Unidos puede traer para México, comenzarán a tomar relevancia las elecciones presidenciales en México de 2018.

Consideró que si bien es muy pronto para hablar del tema, ya ciertas encuestas que están publicadas toman a un potencial candidato de cada partido, hoy no existe ninguno porque todavía no se elige formalmente, pero todos tienen una igual probabilidad de ganar, de acuerdo con el resultado de la consulta.

“A nuestro parecer ahí lo importante es tener en cuenta que en el transcurrir de 2017, los discursos de los políticos mexicanos que ya se apunten como candidatos formales sean discursos muy en línea con lo que México está transmitiendo al mercado exterior en cuanto a estabilidad financiera, económica, política, social y de transparencia, y que todo vaya por ese camino; si otra vez empezamos a ver discursos mucho más enfocados en el tema del proteccionismo y nacionalismo, sería un cambio de paradigma que ha sido el caso de México en los mercados internacionales”, advirtió.

Sobre la posibilidad de que se pierda el grado de inversión de darse un eventual triunfo del eterno candidato Andrés Manuel López Obrador, dijo que las calificadoras son muy metódicas y están buscando evidencia en números que soporte cierto escenario bajo su análisis.

“El discurso como tal, contrario a lo que podría ser un discurso de apertura de mercado, no debería desatar una baja de calificación porque las calificadoras estarían esperando evidencia concreta de que cambió el paradigma de México; para que haya una reducción de calificación del país, más allá del grado de inversión, no solamente debería haber un cambio radical sino que además de que haya esa evidencia pasaría más de un año para que las calificadoras sintieran con la certidumbre de tomar una posición así”, ponderó.

Aseguró que no es fácil darle la vuelta a una economía como la mexicana que evidentemente todo está interrelacionado. “No puede uno decir: ‘Voy a dejar de comerciar con Estados Unidos y mantener el empleo alto o voy a subir los sueldos y salarios sin desatar inflación’”.

Inflación y salarios. En cuanto a la inflación, Esteban Polidura mencionó que lo que el UBS está consignando es un banco central totalmente enfocado en anclarla en 3% y tomando todas las medidas necesarias para lograrlo.

Sin embargo, hay ciertas fuerzas y por ende “nosotros estamos esperando una inflación de alrededor de 3% este año y más cercana a 4% en 2017. Como estamos viendo más inflación, estamos recomendando a nuestros inversionistas que se enfoquen en los Udibonos más que en otros bonos nominales para cubrirse de las expectativas más altas de inflación”, comentó.

Respecto a los retos en este terreno, alertó que se debe tener cuidado en no aumentar el salario mínimo de forma acelerada porque de lo contrario se pueden disparar ciertas tendencias inflacionarias.

Refirió que existe la iniciativa de los empresarios de subir el salario mínimo a 89 pesos y hay ciertas voces de los trabajadores para que sean 100 pesos. “Ya estaríamos hablando de un incremento del salario mínimo de más de 30% [100 pesos de aumento] y con 89 pesos en alrededor de 25%”, precisó.

Advirtió que se debe cuidar que las propuestas estén bien ancladas en razonamientos muy enfocados en la estabilidad económica, que no sean las cifras más altas posibles porque tienen una repercusión inflacionaria.

En su opinión, debería ser un incremento de forma gradual y para evitar que impacte a otros grupos que no son masa salarial, es decir, que no están en el grupo de los salarios mínimos.

Google News

Noticias según tus intereses