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El gobernador del Banco de México (Banxico), Agustín Carstens, afirmó que el país no puede darse el lujo de tener más inflación, con el pretexto "falaz" de que eso podría estimular la economía.
Durante su intervención en la entrega del "Premio Contacto Banxico", aseguró que la inflación es el impuesto más regresivo, y no se debe olvidar el peligro que representa y las consecuencias que provoca su incremento desmedido.
"La inflación no es una mera curiosidad histórica, no caigamos en la ingenuidad de pensar que eso podría estimular la creación de empleo, el incremento de los ingresos o de las utilidades de las empresas o que nos daría espacio para aumentar de golpe los salarios sin tomar en cuenta la productividad", dijo.
Precisó que con el manejo de la inflación en los últimos 20 años, el país se ha alejado de lo que era una pesadilla que afectaba a los hogares mexicanos, un enemigo voraz que erosionaba sin piedad los ahorros o las pensiones de millones de mexicanos.
Carstens resaltó que en la primera quincena de noviembre se logró la tasa de inflación más baja en la historia de México, al menos desde 1969, que fue cuando se empieza a medir a nivel nacional.
En ese sentido, el gobernador del banco central comentó que van a tener en el objetivo de la institución que la inflación sea de alrededor de 3.0 por ciento, cuyo principal reto es que éste se consolide.
Respecto a la depreciación del peso frente al dólar, indicó que hasta ahora ha sido muy bajo el traspaso del tipo de cambio a la inflación, en parte compensado por algunos beneficios de las reformas estructurales, de las telecomunicaciones, como también el precio de la electricidad y el control monetario del Banxico.
ml