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La calificación soberana del gobierno mexicano no se ve comprometida por la baja en la calificación de Petróleos Mexicanos, afirmó Mauro Leos, analista de Moody’s Investor Service.
Incluso, el especialista descartó que el gobierno salga en apoyo de la petrolera, a pesar de la estrecha relación que ambos mantienen.
“Sabemos que, de ser necesario, el gobierno tiene la capacidad financiera para ayudar a Pemex sin que le afecte, pero en términos probabilísticas la situación no está para que se dé ese apoyo”, comentó.
Más aún, consideró que aunque los ingresos petroleros, como proporción de los ingresos totales que genera la administración pública van a ser cada vez menores, el gobierno tiene una solidez robusta.
“De representar una tercera parte, en el futuro van a ser del 20% o 25%, casi 10 puntos porcentuales menos, pero el gobierno se está cubriendo contra choques de precios del petróleo, Pemex no”, afirmó.
Nymia Almeida, líder de Pemex en Moody’s, indicó que la perspectiva de Pemex es negativa, “pero tendrá que dársele el beneficio de la duda para que la empresa revierta la tendencia”, aunque precisó que “es muy difícil que pueda subir su calificación”.
Asimismo, advirtió que existe el riesgo de otra baja en la calificación dentro de 12 o 18 meses.
Pemex, detalló la especialista, tendrá que hacer lo que en este momentos llevan a cabo las principales petroleras del mundo, que es ajustar sus costos para operar en un entorno de bajos petroprecios.
No obstante, consideró que la nota actual de la empresa productiva del Estado sigue siendo alta y refleja un grado de inversión sólido.
Grandes retos. Por separado, el secretario de Hacienda, Luis Videgaray, dijo que la caída de los precios del petróleo genera grandes retos a Pemex, pero la reforma energética dará la posibilidad de que incremente su productividad y competitividad.
“Es un tiempo de enormes retos para la empresa productiva del Estado, pero también hay oportunidades, y confiamos en el talento de hombres y mujeres que trabajan en Pemex todos los días que harán en el futuro una empresa, fuerte, sólida y competitiva”, aseguró el funcionario.
Añadió que con la reforma se separó a Pemex del control directo de la Secretaría de Hacienda, por lo que el Consejo de Administración de la empresa petrolera toma las decisiones, sobre todo en la coyuntura actual en la que los precios del barril bajaron en casi 66%.
“Parte de los objetivos es que Pemex deje de ser una empresa burocrática y sea una empresa productiva, independiente del poder Ejecutivo, con capacidad y autonomía de gestión”, agregó luego de firmar un convenio con la iniciativa privada para impulsar el comercio exterior.
