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El programa de conectividad vial del Nuevo Aeropuerto Internacional de la Ciudad de México (NAICM) sobre el que trabaja el gobierno abre un abanico de opciones con obras que facilitarán el ir y venir de los usuarios.

Para ello se prevé la modernización y ampliación de ocho accesos, así como la renovación de nueve vialidades, la construcción de cuatro más y la edificación de seis nuevos distribuidores.

Se trata de un sistema con el que “vamos a poder, por primera vez, separar el tráfico que genera el aeropuerto de la operación cotidiana de la ciudad”, aseguró el subsecretario de Infraestructura de la Secretaría de Comunicaciones y Transportes (SCT), Raúl Murrieta Cummings.

“Es un sistema de anillos por donde la gente va a llegar a la orilla de la ciudad de México y se va a mantener por la orilla para llegar al aeropuerto”.

Serán vías rápidas que van a ayudar a despresurizar el tráfico de la ciudad, detalló. Algunos van a costar, pero “vale la pena señalar que el acceso al aeropuerto seguirá siendo gratuito”, destacó.

El concepto, integrado por 16 a 19 obras con un costo de 40 mil millones de pesos, que se van a construir en diferentes etapas, busca mejorar la experiencia de los usuarios.

Además, se prevé la construcción de seis proyectos de transporte masivo para el acceso a la nueva terminal aérea: cuatro sistemas de autobuses articulados tipo BRT (similares al Metrobús), con capacidad para mover 274 mil 872 pasajeros por día, detalló la subsecretaria de Transporte de la SCT, Yuriria Mascott Pérez.

Dos de ellos son líneas nuevas, el metrobús Pantitlán-NAICM de 14 kilómetros (km) que moverá 167 mil pasajeros diariamente, cuya construcción iniciará en 2016 y empezará a operar en 2018. También el Mexibús Río de los Remedios-NAICM, de 13 km, con capacidad para desplazar 51 mil 915 usuarios por día, y con el mismo calendario de obras que el proyecto anterior.

El programa contempla además la extensión de las líneas de Metrobús-NAICM 6 y 4, con una longitud de 10 y 13 km, con capacidad para movilizar 48 mil 600 y 7 mil 357 personas al día, respectivamente. Estas extensiones iniciarán en 2018 y entrarán en operación en 2020.

El director de Grupo Aeroportuario de la Ciudad de México, Federico Patiño Márquez, consideró necesario desalojar alrededor de 25 o 30 millones de toneladas de metros cúbicos de tierra o desechos.

Murrieta subrayó que la SCT está enfocada en que la experiencia para el usuario de llegar al nuevo espacio mejore sensiblemente. “No sólo estamos tratando de que no empeore o se perjudique, sino que estamos buscando que el tema mejore”, recalcó.

Las personas que vengan de Guerrero o Morelos van a tener vialidades nuevas para entrar por Tlalpan, un segundo piso de Periférico a Cuemanco y de ahí vamos a hacer otra vía que irá de Vaqueritos a Muyuguarda.

“Imagínatelo como un gran anillo que va del Periférico al Oriente, que va llegar atrás de la zona de cárceles y que te va a permitir llegar a muy altas velocidades a Ignacio Zaragoza”, dijo.

Sobre el resto de las vialidades y medios de transporte, el proyecto elaborado por la firma Parson prevé la construcción de una calzada arbolada norte-sur (que sería parte del rediseño de la autopista Peñón-Texcoco) en un espacio abierto de 850 metros de ancho bajo las trayectorias de vuelo de las pistas 35 (calzada arbolada Oeste) y sería de 3 kilómetros de largo.

Esta calzada sería una vialidad dual con dos carriles en cada sentido, con capacidad para 3 mil 500 vehículos por hora en cada dirección.

Al final, el proyecto de vialidades y transporte masivo propuestos por Parson para la nueva terminal aérea se está concretando.

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