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Lima, Perú.— Sobornos por corrupción mueven hasta 2 mil millones de dólares al año en el mundo, por lo que se requieren mandatarios comprometidos en atacarla predicando con el ejemplo, coincidieron especialistas.
Ayer, durante el seminario La integridad de los individuos en la gestión del sector público, en el último día de trabajos de la reunión de otoño del Fondo Monetario Internacional (FMI) y el Banco Mundial (BM), advirtieron que no es una tarea fácil si la sociedad no exige transparencia y que de nada sirve si no se persigue a los peces gordos.
El presidente del Instituto de Gobernanza de los Recursos Naturales, Daniel Kaufman, mencionó que por ese concepto se destinan cada año 2 mil millones de dólares.
Ngaire Woods, decana de la Escuela de Gobierno Blavatnik y profesora de Gestión de la Economía Mundial de la Universidad de Oxford, apuntó que se necesitan líderes a favor de una política cero tolerancia a la corrupción y ciudadanos que lo pidan. “Vivimos en una época en que la confianza en el sector público está en niveles muy bajos”.
Comentó que el ex presidente Ernesto Zedillo fue a dar una conferencia a una universidad del extranjero en donde un estudiante le pidió un consejo sobre qué hacer si al entrar a trabajar al gobierno le ofrecen un soborno y él contestó: “Al aceptar un simple soborno se deja a un lado la razón de ser un servidor público”. La profesora afirmó que la corrupción no es cultural, todos la odian.
Ng Kok Song, presidente de Avanda Investment Management, con sede en Singapur, dijo que para fijar una estrategia anticorrupción se necesita voluntad política y para eso es crucial que el presidente de un país y sus colaboradores prediquen con el ejemplo.
Consideró que se requiere investigar los casos de corrupción y no permitir la entrada de dinero privado a la política. “En Singapur tenemos leyes muy estrictas en contra de las donaciones y leyes de divulgación”, destacó.
Dijo que para evitar la corrupción y los sobornos en el sector público, los servidores deben ganar bien.
En el seminario, los participantes hablaron del tema de la corrupción en el sector público y sus repercusiones económicas y medidas al respecto. Se analizó cómo la corrupción y otras cuestiones sobre la gestión de gobierno del sector público podrían abordarse con cambios en incentivos que fijan comportamientos individuales.