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roberto.jimenez@eluniversal.com.mx
San Lorenzo de El Escorial, España.— Aunque no hay crisis en América Latina, los efectos de las reformas estructurales aprobadas tomarán tiempo para concretarse, e incluso podrán generar un menor crecimiento a corto plazo, reconoció Jorge Familiar, vicepresidente para América Latina y el Caribe del Banco Mundial.
En la medida en que en Estados Unidos haya un mayor crecimiento, le irá mejor a México, dijo durante su participación en el XIV Encuentro Santander América Latina.
Sin embargo, “las reformas no generan retornos a la velocidad en que uno quisiera. Incluso, en el corto plazo, las reformas pueden generar menos crecimiento”, advirtió.
Un ejemplo de ello puede ser en materia de competencia económica, dijo, pues luego de los cambios aprobados, las empresas existentes pueden restringir sus inversiones, mientras que hay una demora natural para que la economía refleje la llegada de nuevos jugadores.
Además, mencionó que los efectos de la baja en los precios del petróleo son visibles, pero hay buenas perspectivas en general para la región.
Familiar destacó que el crecimiento de la década dorada de Latinoamérica no se debió a factores coyunturales, sino a la aprobación de reformas estructurales que incidieron en un mejor clima de negocios.
“La población tiene una mejor vida y va a demandar más y mejores servicios de los gobiernos, transparencia y eficiencia en el uso de los recursos”, afirmó Jorge Familiar.
América Latina no perdió el tiempo durante esa época dorada, reiteró: hubo una transformación social sin precedente, que a veces se pasa por alto, pero que no se debe subestimar.
Se avanzó en materia de desigualdad, mientras que en todo el mundo hubo una mayor polarización; empero, AL sigue siendo la región más desigual del planeta, recordó.
La tarea pendiente es crear las condiciones necesarias para que se desarrollen los mejores caminos hacia el crecimiento, afirmó, de manera que se logre hacer realidad el potencial latinoamericano.
“La situación desde fuera se ve mejor que al interior de los países, hay mejores perspectivas para la población”, aseguró el especialista.
“Se entiende que cuando los factores externos enfrentan dificultades, hay una percepción de que no avanzan las cosas”, añadió Familiar.
Entre los pendientes que se advierten para la zona, destacó que el tema de la informalidad tiene que abordarse. Y es que en el largo plazo, una empresa que opera formalmente en América Latina crece a menores tasas que una organización similar en una nación desarrollada, destacó.
Ante la normalización de la política monetaria de la Reserva Federal estadounidense, que de acuerdo con especialistas, se reflejará en una subida de tasa de interés tan pronto como en septiembre, Familiar comentó que se puede anticipar una mayor volatilidad e incertidumbre.
“Ello afecta las perspectivas y, a fin de cuentas, a las economías latinoamericanas, que tienen ante sí un entorno más adverso”, precisó.
Sin embargo, recalcó, la prioridad no debe de cambiar, y es la definición de una estrategia interna de crecimiento.