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El gobernador del Banco de México (Banxico), Agustín Carstens, aseguró que en lugar de tratar de revertir décadas de integración a partir del Tratado de Libre Comercio de América del Norte (TLCAN), México, Estados Unidos y Canadá deben buscar la forma de obtener ganancias no explotadas que pueden lograrse mediante una mayor integración económica de la región.
Al participar en el simposio inaugural del Centro México-Texas Mission Foods de la Universidad Metodista del Sur, Carstens dijo que deben aprovecharse las reformas estructurales realizadas en México en la presente administración que abrieron sectores que antes estaban cerrados a inversores extranjeros, como petróleo y la electricidad.
“El fortalecimiento de la relación bilateral entre Estados Unidos y México significaría más inversión y empleo en proyectos como las dos refinerías que se están construyendo en Texas o los parques eólicos que se están construyendo en Baja California para suministro de electricidad a California”, expuso el funcionario.
“Hay oportunidades adicionales de ganancias en una integración más profunda si se pueden simplificar las reglas del TLCAN para que más exportadores pueden aprovechar las ventajas de pertenecer a una zona”, añadió Carstens.
Recordó que México está dispuesto a trabajar con Estados Unidos y Canadá para ampliar el TLCAN en beneficio de los tres países.
“México ha estado trabajando para mantener un marco macroeconómico sólido y mejorar su estructura microeconómica a fin de convertirse en un destino de la inversión y fomentar la integración económica de la región. En este sentido, México se ha comprometido a probar que puede ser un socio de confianza en la búsqueda del crecimiento y la prosperidad para toda la región”, enfatizó.
Bienestar palpable. Según Carstens, por la apertura comercial entre 1993 y 2015 se obtuvo un aumento en el bienestar agregado tanto en México como en Estados Unidos.
Así, a partir de mediciones realizadas por el Banco de México, en el país se presentó un aumento de 8.2% en el bienestar agregado y en Estados Unidos de 1.2%.
“Para interpretar más fácilmente estos porcentajes de aumento del bienestar ante la apertura comercial, supongamos que podemos utilizar el PIB per cápita como bienestar. Implicaría que el ingreso para el ciudadano promedio en 2015 fue 682 dólares más alto en el caso de México y 856 dólares más alto en el caso de los Estados Unidos, de lo que habría estado sin el mayor grado de apertura comercial que estos países lograron entre 1993 y 2015”, explicó.
Carstens destacó que un beneficio adicional muy importante del TLCAN fue permitir a los tres países miembros aprovechar las tendencias recientes en la globalización.
“La fragmentación de la producción a través del valor global es la manifestación más reciente del proceso de integración económica que el mundo ha sufrido en los últimos dos siglos”, añadió el funcionario.