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Es un jueves por la tarde en el desierto peruano de Paracas y de pronto, vienen a mi cabeza una serie de preguntas: ¿estoy loco?, ¿es esto normal?, ¿estoy dentro de un sueño? Andar a 130 kph detrás de Chris Birch (el neozelandés ocho veces campeón de Enduro, tres veces ganador del Roof of Africa y ganador del Red Bull Romaniacs en el 2010) o de Quinn Cody (piloto del Rally Dakar y ganador de la Baja 1000) sobre tramos interminables de arena, subiendo y bajando las dunas donde se corre el Rally Dakar, alimentó la fantasía de que puedo hacer caballitos sin parar con el mínimo esfuerzo. ¿Solo yo tengo esas ilusiones?
También, bajo mi respiración agitada, puedo notar una paz inmensa: dependo de la nueva suspensión progresiva WP que integra la nueva KTM 1290 Super Adventure R, una joya cuyo truco radica en el acomodo de componentes. El logro: un centro de gravedad bajo y una suspensión que puede tragarse todo.
Control absoluto. Justo cuando pensábamos que su predecesora, la KTM 1190 Adventure R, era insuperable, el equipo de Gerald Matschl, vicepresidente de desarrollo de producto (un gran tipo), nos ofreció una motocicleta más avanzada, con mayor maniobrabilidad.
Para empezar, tenemos la ya mencionada suspensión WP de 220 milímetros de recorrido, tanto atrás como adelante, la cual puede comprimirse al máximo en un brinco a velocidad o tener un comportamiento totalmente controlable en golpeteos continuos. La precarga y el rebote son ajustables, lo que permite al jinete encontrar una calibración para cada peso o tipo de terreno.
Cuando ruedas a velocidad fuera, muy fuera del asfalto, hay situaciones en las que puedes perder el control de la moto debido a la irregularidad del terreno. A veces, basta con golpear una pequeña piedra. Para evitar esto, la nueva KTM 1290 Super Adventure R lleva un amortiguador controlador de dirección que dosifica esta oscilación y la atenúa gradualmente.
En Perú, condujimos el 95% del tiempo en modo off road. Sorpresa: incluso con esta selección, contamos con un control de tracción bastante permisivo, junto con una versión extrema del ABS que se activa para rescatarnos como último recurso y se desactiva por completo en la rueda trasera (esquema necesario para deslizar sobre grava, arena, lodo, etcétera). Con esto, incluso los conductores no tan experimentados, pueden gozar fuera del asfalto.
Fuerza de espíritu. Lo que convierte a esta KTM en la motocicleta más poderosa de su tipo es el motor LC8 bicilíndrico de 160 caballos de fuerza (es difícil creer que pueda otorgar un manejo tan suave con 1,301 cc), ideal para viajar largas distancias pero suficientemente agresivo como para entrar a una pista de carrera (y una hora después, hacer un tramo de Enduro). Todo esto aunado a la belleza, glamour y nostalgia del diseño de una moto de rally.
En la caja de cambios, existe magia con el sistema Quick Shifter, el cual nos permite hacer cambios ascendentes y descendentes con una velocidad impresionante y sin usar el clutch. Además, lleva un embrague elástico que no permite el acople inmediato cuando hacemos cambios descendentes. En una circunstancia así, el sistema percibe cuando la palanca de cambios recibe una fuerza. En ese momento, se corta la inyección, embraga, cambia y acopla el embrague gradualmente para que la rueda trasera no bloquee.
Más alta tecnología: esta moto-maravilla integra un sofisticado paquete de asistencias electrónicas. El control de estabilidad trabaja con un sensor que regula la presión de frenado del ABS según el ángulo de inclinación: a mayor ángulo, otorga menor fuerza de frenado, aunque el conductor aplique toda la fuerza sobre la palanca.
Este sensor de inclinación también regula el control de tracción en la entrega de potencia, en dos ‘situaciones’: cuando la diferencia de velocidad es mayor en la rueda trasera por exceso de aceleración y cuando la moto se inclina (corta poco a poco la inyección para que no resbale).
La cereza del pastel son las luces LED, pues son increíblemente ligeras. La estructura del faro es de aluminio y está dividido por la mitad, lo cual crea una entrada de aire en el centro de los dos ‘semifaros’, lo que mantiene siempre en la temperatura ideal de operación.
Este viaje sobre las tierras del Dakar ha sido una experiencia que hace tiempo solo alcanzaba en sueños. La segunda parte del día se destinó a acelerar sobre las dunas del desierto. Planicies interminables que hacen perder toda perspectiva de tamaño, distancia y altura… Solo existe la inmensidad, la vastedad y la incertidumbre de encontrar una roca escondida debajo del arena que fácilmente nos arrancaría la moto de las manos.
Todo es parte del Dakar. Pero KTM se ha encargado de hacernos creer que los motociclistas son seres superdotados, comprometidos y con un carácter muy fuera de lo común.