Más Información
Felipe Calderón y Margarita Zavala festejan Navidad con sus hijos; “les mandamos nuestros mejores deseos”, expresan
Adriana Malvido invita a unirse al nuevo movimiento ambiental ABC/MX; convoca a la juventud para enfrentar la crisis climática
José Ramón López Beltrán y su familia agradecen apoyo con foto navideña; “nos sentimos muy afortunados”, dicen
Claudia Sheinbaum y Jesús Tarriba envían mensaje a mexicanos; “gracias por lo que hacen por sus familias y por México”
Decomisan arsenal, granadas y equipo táctico en Pantelhó, Chiapas; catean rancho tras enfrentamiento
Plutarco Elías Calles.— La violencia se recrudece y el narco éxodo escala. En este municipio, cuya cabecera municipal es Sonoyta, familias del área rural y urbana han huido con los zapatos y la ropa que traían puesta. Cualquier lugar es mejor que vivir entre el fuego cruzado de bandas criminales.
Los Memos y Los Salazar, grupos contrarios del narcotráfico, se disputan la plaza a pesar de la presencia de elementos policiacos de todos los órdenes, municipal, estatal, federal, incluso de la Marina y del Ejército.
El desplazamiento humano empezó el 30 de abril de este año, cuando estos grupos se enfrentaron en el ejido Desierto de Sonora, a 10 kilómetros del casco urbano. Ese día, el lugar se quedó sin un alma, mil 200 personas huyeron y unas para no volver más.
A decir de los exiliados por la violencia, aquel día había más de 40 cuerpos tendidos en el kiosco de la plaza, la Procuraduría de Sonora emitió una cifra oficial de 3 muertos.
En un recorrido de EL UNIVERSAL por la zona, se observaron casas con múltiples impactos de bala, paredes que son un mudo testigo de historias de cruda violencia, de vida y muerte.
Un pueblo desolado y pocas personas mirando con zozobra y desconfianza a través de pequeñas rendijas de sus ventanas.
“Aquí nada volvió a ser igual, le clamamos a Dios porque esto termine”, dijo la pastora del templo Divino Redentor, Mónica Brenan, que relató cómo su comunidad quedó desolada.
El fenómeno más notorio de la situación que prevalece aún en esa comunidad fue el 7 de junio. El día de las elecciones votaron en una casilla especial en el municipio para salvaguardar la integridad de los ciudadanos.
Pocos han regresado, se ha tratado de hacer una vida normal, ya hay clases en las escuelas, pero muchos niños ya no volvieron, lamentó.
El 8 de junio fueron ejecutados dos policías municipales afuera de una tienda de autoservicio, en plena ciudad. El 14 de junio se encontró el cuerpo sin vida del subdirector de Seguridad Pública Municipal.
La narcoguerra ha cobrado decenas de vidas, en tanto las cifras oficiales alcanzan 17 asesinatos en un mes y 38 en lo que va del año.