La lucha contra el narcotráfico y el crimen organizado en general en México ha tomado un nuevo rumbo bajo el liderazgo de Omar García Harfuch, de la inacción característica de los “abrazos no balazos” al trabajo estratégico y articulado de investigaciones e inteligencia como la Operación Enjambre. Esta operación se ha destacado por su enfoque en la desarticulación de células criminales. El reciente decomiso de una tonelada y media de fentanilo en Sinaloa, que se traduce en un golpe significativo a las finanzas del narcotráfico, es un claro ejemplo de la efectividad de estas acciones.
El decomiso histórico se realizó en Guasave, Sinaloa, y estuvo vinculado a una célula criminal liderada por Fausto Isidro Meza Flores, conocido como "El Chapo Isidro". Dos de los detenidos, Elier Jassiel Esquerra Félix y Javier Alonso Vázquez Sánchez, son identificados como miembros clave de esta organización. La captura de estos individuos no solo refleja el éxito operativo de García Harfuch, sino que también pone en evidencia la estructura del narcotráfico en la región, donde Pedro Inzunza Coronel, apodado "El Pichón" o "El Pájaro", mantiene el control.
La estrategia de García Harfuch se basa en el fortalecimiento de las áreas de inteligencia dentro de las fuerzas de seguridad. Este enfoque permite integrar información crucial que puede ser utilizada para desarticular grupos criminales y llevar a cabo investigaciones más efectivas. García Harfuch ha enfatizado la importancia de mantener un flujo constante y seguro de información para evitar filtraciones que puedan comprometer las operaciones. Según Gerardo Mérida Sánchez, titular de la Secretaría de Seguridad Pública del Estado de Sinaloa, García Harfuch ha solicitado información sin pedir apoyo directo, lo que indica un enfoque cauteloso y estratégico en la recopilación de datos.
El éxito en estas operaciones no solo tiene repercusiones en el ámbito del narcotráfico, sino que también afecta el panorama político en México. Al mostrar resultados tangibles en la lucha contra el crimen organizado, García Harfuch refuerza su posición dentro del gabinete de Claudia Sheinbaum y puede negociar desde una posición más fuerte con autoridades estadounidenses. Esto es especialmente relevante dado el contexto actual donde las relaciones entre México y Estados Unidos están marcadas por tensiones comerciales y preocupaciones sobre el tráfico de drogas. Sin embargo, este enfoque también plantea desafíos. La historia reciente ha demostrado que los esfuerzos centrados exclusivamente en la represión pueden llevar a un aumento en la violencia si no se acompañan de políticas sociales que aborden las causas subyacentes del narcotráfico. La estrategia debe ser integral e incluir medidas que fomenten el desarrollo social y económico en las regiones afectadas.
La labor que está realizando Omar García Harfuch a través de operativos como la Operación Enjambre representa un cambio significativo en la estrategia mexicana contra el narcotráfico. La combinación de inteligencia operativa con acciones decisivas contra líderes criminales puede resultar efectiva para desarticular organizaciones como la del Cártel de los Beltrán Leyva. Sin embargo, es crucial que estas acciones vayan acompañadas por un enfoque que considere tanto la seguridad como el bienestar social para lograr una reducción sostenible del crimen organizado en México.
Exsecretario de seguridad, Fundador de AC Consultores