Frondoso, verde y monumental descendió el primer árbol de navidad que fue cortado en el Paraje “El Cofrecito”, en la comunidad de Santo Tomas, Ajusco; donde año con año y con mucho entusiasmo el productor Beningno García abre las puertas de su ejido para que inicie la venta de pinos ornamentales de Oyemel y Cedro en los núcleos agrarios del bosque de Tlalpan.

“A mí me da gusto que la gente compre su árbol y disfrute la Navidad y con eso nos apoyan económicamente para sustentar a nuestra familia”, dijo el octogenario quien desde su niñez trabajó junto a su padre en la siembra de pinos.

Este árbol, de un metro ochenta de altura y frondosa corteza, cumplió 9 años el mes pasado, él junto con otros 42 mil árboles fueron sembrados con la finalidad de que en algún momento formen parte de la navidad de algún capitalino.

Estas tierras del kilómetro 12.5 de la carretera Picacho Ajusco, en la alcaldía Tlalpan pertenecen a la familia de don Benigno cuyo padre comenzó con sólo un hacha y un machete hace más de 50 años. Con el apoyo del gobierno han logrado crecer la población de pinos sin provocar algún impacto ambiental, pues asegura que por cada árbol tienen la obligación de plantar cinco.

“Se corta uno y se siembra otro, siempre se está reforestando” contó.

Cuando murió su padre en 2003, las labores de sembrar, brechear, chaponear y cuidar los árboles de navidad pasaron a estar a su cargo. Ahora ya son tres generaciones quienes se dedican a la comercialización de pinos de Navidad. “Esto de la plantación ya lo traíamos de nacimiento”, afirma.

Mientras camina y quita de los árboles las ramas secas, el ejidatario cuenta que un árbol bueno es aquel que fue sembrado con cuidado, “que esté verde verde y no esté flaco”.

Su rostro agrietado, sus piernas y manos reflejan el arduo trabajo que ha desempeñado por más de 60 años continuos en el bosque, pero hay algo que lo mueve todos los días: “Son las ganas de querer cuidarlos, hay que quererlos como a un hijo”, comenta.

Junto a Benigno trabaja su esposa y cinco trabajadores quienes durante el año cuidan, riegan y siembran los árboles de Navidad a cambió de 300 pesos diarios, situación que dijo, lo pone un poco triste pues “es mucha paga y no sabes si mucha ganancia, pero hay trabajo para todo el año”, responde.

A menos de un kilómetro de “El cofrecito” se encuentra el vivero forestal Rancho Las Palomas donde Mayra Sosa lleva más de 20 años junto con sus cuatro hermanas al cuidado de los pinos de Navidad desde que están en piñas, sacan las semillas, realizan los chapines que son los bloques de tierra para ensemillarlos, los ponen en macetas hasta su maduración y los siembran en el ejido hasta que son talados.

“Usamos ungüentos orgánicos combinados con el humus de lombriz y abono de borrego para el fertilizante; nosotros solo los llevamos mano a mano, ya en el campo ellos solitos se defienden” dijo.

El padre de Mayra fue quien comenzó con el vivero Las Palomas, en Lomas de Tepemecatl. Al no tener ningún varón como descendencia ella y sus hermanas se dedicaron a continuar con el legado de su padre y poder vivir sólo de los árboles, por lo que ahora la plantilla de la cooperativa está conformada por puras mujeres.

“Nuestro objetivo es parar la mancha urbana para salir adelante como comunidad y en lo forestal”.

Los productores de Tlalpan consideran que esta tradición no morirá, pero sí se h convertido en una actividad poco rentable, esto debido a que las ventas van a la baja pues algunas personas piensan que cortar un árbol de navidad es deforestar.

“La gente tiene una idea errónea de nuestra actividad, nosotros somos silvicultores: nos dedicamos a producir los árboles y a hacer una buena corta además de que generamos oxígeno, pues somos el pulmón de la Ciudad” dijo Mayra.

Tlalpan es la alcaldía número uno en la producción de árboles de navidad naturales, así lo aseguró la alcaldesa Alfa González durante el evento del “Corte del primer árbol navideño” en el que se esperan comercializar más de 14 mil ejemplares que dejen una derrama económica de más de 35 mil pesos.

Si es que tienes planeado comprar un pino natural, pero temes que este no aguante toda la temporada, los productores comentaron que para mantener el pino en todo su esplendor por más tiempo sólo es necesario regarlo diario. En cuanto a los precios, estos van de los 900 a tres mil pesos dependiendo del tamaño del ejemplar.

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