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El color lila característico de su flor, hace del árbol de la jacaranda un espectáculo majestuoso para el ojo humano, aunque no es nativo de la Ciudad de México y no aporta nada en el proceso ecológico de la polinización, por lo que en él jamás observarás a especies como colibríes, escarabajos o abejas.
Ivonne Olalde Omaña, técnica académico del área de colecciones del Jardín Botánico de la UNAM destacó que las jacarandas son árboles robustos, oriundos de países de Sudamérica, entre ellos Argentina, Brasil y Uruguay, que llegan a medir hasta 15 metros de altura, con una probabilidad de vida de 80 años.
Puntualizó que no hay un inventario total sobre el número de jacarandas plantadas en la capital, aunque por algunos que se han realizado en diferentes colonias, siempre están entre los 10 árboles más abundantes o preferentes.