Acapulco, Guerrero. - “No tiene sentido esta vida si no podemos encontrar a nuestros seres queridos. Él es mi esposo, es padre de tres hijos, mi compañero de vida y no lo he podido localizar”, dice, entre lágrimas, la señora Yessenia, mientras abraza la foto de su marido desaparecido por el huracán Otis.
La noche que el huracán categoría 5 impactó al Club de Yates Marina Acapulco, en Caleta, José Ángel Gil Murga, oficial retirado de la Marina, se encontraba en el yate Sirlady en compañía de su capitán. A las 23:40 horas fue la última vez que se comunicó con su esposa, le preguntó cómo se encontraba la familia y, desde entonces, ella y sus hijos de veintidós, dieciocho y doce años han vivido días de hastío por no saber el paradero de José Ángel.
La escasez de alimentos, agua, energía eléctrica e internet por la que atraviesa Acapulco, Guerrero, intensifican la penuria de la familia que desde hace una semana divide sus jornadas en buscar, por la mañana, lugares para imprimir carteles tamaño carta con la foto y señas particulares del hombre de 50 años, así como de números telefónicos para contactarlos; por las tardes, hasta que se pone el sol, recorren colonias en donde colocan en postes, paredes y entradas de comercios las hojas con cinta adhesiva que, dicho sea de paso, se unen a otras tantas fichas de búsqueda que las familias que viven casos similares colocan en la zona costera llena de escombros amontonados en las aceras, moscas y olores pestilentes.
“No hemos podido dar con su paradero. En Semefo hay muchísimos cuerpos amontonados que no han podido (las autoridades) dar seguimiento para localizar a los familiares. Tenemos fe y esperanza de que se encuentre herido en algún hospital, tal vez inconsciente y no ha podido dar sus datos (…) nosotros seguimos buscando hasta donde nos aguanten las piernas,” contó Yessenia, esposa de Gil Murga desde hace 22 años.
La familia residente de la colonia Ciudad San Agustín, además de haber recibido llamadas de broma sobre el paradero del oficial retirado de la Marina, vive con incertidumbre, pues algunos de sus conocidos les han contado anécdotas escalofriantes.
“Hay muchas embarcaciones hundidas en el fondo del mar, nos dicen que no hay maquinaria para sacarlas, creemos que hay algunos cuerpos atorados debajo de estas embarcaciones. No es cierto que haya sólo 50 desaparecidos, nos han dicho que en las costas de Zihuatanejo y Coyuca han sido encontrados cuerpos, las autoridades no nos han podido decir si alguno de ellos es de mi esposo”, contó la afligida esposa.
El suplicio de la familia de José Ángel, uno de los 31 desaparecidos que dejó el fenómeno meteorológico, según datos de Laura Velázquez, coordinadora nacional de Protección Civil (CNPC), se extendió por 17 días, por ello, pidieron a la gobernadora de Guerrero Evelyn Salgado Pineda, a la fiscal del estado, Sandra Luz Valdovinos, y al presidente Andrés Manuel López Obrador, intensificar las acciones de búsqueda de personas desaparecidas.