El delantero francés André-Pierre Gignac mostró su calidad dentro y fuera de la cancha del Estadio Olímpico Universitario este miércoles, primero logrando el tanto del empate en los últimos minutos ante Pumas y después haciendo realidad el sueño de un pequeño aficionado.
Todo ocurrió minutos antes del silbatazo inicial, donde un niño con la bandera de Francia y acompañado por su padre, acudió al estadio para ver a su ídolo.
Después de varios gritos y antes de volver a los vestidores, el atacante se acercó con la familia y sin pensarlo le regaló su jersey al pequeño, causado una enorme alegría que lo llevó a las lágrimas.
Ante la acción, el padre de familia agradeció la muestra de cariño del jugador de los Tigres y de inmediato abrazó a su hijo para regalarnos una bella postal.