El partido seguía, el América no dejaba de luchar, pero los últimos 40 minutos fueron anecdóticos para los más de 40 mil asistentes al Volcán, que comenzaron la interminable fiesta en cuanto Belén Cruz obsequió aquella circense definición (49’).
Fue la rúbrica al nuevo título de las Tigres (2-0, 3-0 global), la franquicia más dominante en la todavía corta historia de la Liga MX Femenil . La que se cerró anoche fue la décima serie por el cetro; en cinco, las felinas regiomontanas levantaron el trofeo de campeonas. Irrefutable dominio.
Como el que tuvieron las dirigidas por la canadiense Carmelina Moscato sobre el césped del estadio Universitario. Las Águilas pelearon, pero nunca fueron adversario para un equipo que se dio el lujo de convertir en trámite toda la segunda mitad en el cotejo de vuelta. Porque la anotación de la Pollito sentenció una final que tuvo en Lizbeth Ovalle a su principal protagonista.
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Después de marcar el gol con el que las Tigres se impusieron en el Estadio Azteca (1-0), la veloz volante por izquierda hizo el primero en el Volcán, con clara complicidad de la guardameta Itzel González (21’), quien reafirmó que esta Liguilla no fue lo suyo, más allá de que varias de sus atajadas ayudaron a las Águilas a llegar hasta la final.
Sin embargo, Ovalle no pudo tener un festejo completo. La aparatosa caída que Ovalle sufrió al final de la primera mitad —con fuerte golpe en la cabeza incluido— provocó que saliera del encuentro y fuera trasladada a un hospital, para descartar algún daño mayor. Regresó al estadio para ser parte importante del festejo. Dorada noche para las Tigres, las genuinas dueñas de la Liga MX Femenil.