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Acapulco.— Él mismo se define como “carismático y muy seguro“, cualidades que demuestra en la cancha y con mayor frecuencia en el día a día. También puede ser muy serio, pero hasta cuando se trata de remontar un set abajo, como lo hizo en la primera ronda del Abierto Mexicano ante Jordan Thompson, regala algunas sonrisas a las gradas.
Frances Tiafoe vive las experiencias que imaginó en su niñez. Creció con canchas de tenis a su alrededor y supo que quería dedicarse a este deporte. “Cuando tenía 11 o 12 años. Me di cuenta de que ese era el camino de mi vida y era lo que yo quería hacer”, dijo el jugador de 21 años a EL UNIVERSAL Deportes.
Su meta, solía expresarle a su primer entrenador, era “ser el mejor tenista estadounidense, y está a 25 lugares en el ranking de la ATP de conseguirlo, pues es el número 34 y John Isner, el mejor nacido en Estados Unidos del listado, sostiene la novena posición.
“Sólo debo trabajar duro día con día, seguir creyendo en mi capacidad. Así lograré mis cometidos”, agregó Tiafoe, quien disputa por segundo año consecutivo el certamen de Acapulco, ciudad que lo atrapó desde su primera visita. “Una vez que estás aquí no quieres ir a ningún otro lado. Es un gran evento y siempre hacen un excelente trabajo para ofrecernos, a todos los participantes, las mejores facilidades”.
Frances nació en Hyatsville, Maryland, luego de que sus padres migraran de Sierra Leona a causa de la Guerra Civil que explotó en los 90; una visita al país africano, cuando todavía era adolescente, moldeó su perspectiva.
“Definitivamente esa experiencia cambió mi vida. Estoy agradecido de que me hayan recibido en Sierra Leona, eso puso las cosas claras para mí. Valoro mejor todo lo que mis padres hicieron para apoyarme”, compartió Big Foe.
El juvenil viene de jugar tres torneos, entre ellos el Abierto de Australia, en donde consiguió clasificar a cuartos de final de un Grand Slam por primera vez en su carrera, por lo que su vasta confianza está todavía más elevada.
