En febrero de 2017, los Pumas, bajo la presidencia de Rodrigo Ares de Parga, presentó “El Nuevo ADN Pumas”, un ambicioso proyecto que buscaba fortalecer y renovar al conjunto auriazul, pero falló.
Aquella iniciativa encabezada por el hoy director ejecutivo de Selecciones Nacionales, tenía como objetivo, además de conseguir títulos para el equipo universitario y mantener las finanzas sanas, convertirse en la base de la Selección Mexicana para la Copa del Mundo de 2022.
Basado en un triángulo de equilibrio conformado por finanzas sanas, resultados deportivos y formación de jugadores, la directiva encabezada por Rodrigo Ares de Parga quiso regresar al equipo a los primeros planos.
Visualizaban cinco jugadores auriazules como base del Tricolor, en cambio, no hubo ningún elemento proveniente de los Pumas. Héctor Moreno y Jesús Gallardo, los únicos canteranos, pero pertenecientes a Monterrey.
La exportación de jugadores fue otra de las promesas, pero desde entonces ningún jugador ha emigrado a Europa desde El Pedregal.
Además de la falta de éxitos deportivos, su llegada a la FMF ha sido cuestionada por sus polémicas debido a su temperamento y prepotencia, según algunos excompañeros y jugadores que trabajaron con él en Pumas.
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