Muchos aplaudieron la rápida decisión de los Pumas por cortar de tajo relación con Dani Alves.
A los pocos minutos en que el brasileño fue ingresado a prisión en Barcelona, por el delito de agresión sexual, rápidamente salió Leopoldo Silva, presidente del club universitario a anunciar que rompían contrato con el tres veces mundialista por Brasil.
Se destacó a Pumas, es verdad, otros criticaron y se extrañaron que en Cantera lo hubieran juzgado tan rápidamente, sin que el proceso judicial se llevara a cabo.
Pero se habla de que hay otra razón para esto.
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No era un secreto que el sueldo de Alves era absorbido en gran porcentaje por los patrocinadores. Se habla que el brasileño firmó un contrato para cobrar 3.2 millones de dólares al año, que dividido en doce meses eran 266 mil dólares.
En términos más terrenales, el ex del Barcelona cobraba alrededor cada mes cinco millones de pesos.
En todos los contratos de patrocinio, hay una cláusula en la que en caso de que el deportista caiga en prisión, o rompa esquemas morales, sus anunciantes se van, y ante esto claro que le dieron la espalda a Dani Alves y de esta forma, el sueldo quedaría siendo responsabilidad absoluta de los universitarios.
Así que en vez de esperar, dice el círculo cercano a la directiva, Pumas decidió actuar y romper contrato con el brasileño, no vaya a ser que al final esto los perjudicara aún más de lo que ya los perjudicó.