El Puebla parece vivir una maldición. En los partidos suele dominar o irse al frente en el marcador, pero no sabe lo que es ganar en el torneo. Contra Pachuca sumó su décimo empate (2-2), el octavo de manera consecutiva.
La Franja tuvo la oportunidad de salir del estadio Cuauhtémoc con los tres puntos, pero no supieron guardar la ventaja. Un error imperdonable ante un equipo como Pachuca, que se caracteriza por luchar hasta el último segundo del encuentro.
Los de Nicolás Larcamón salieron al partido decididos de poder darle una alegría a su afición, que poco a poco ha ido abandonando al equipo debido a que solamente tienen un triunfo a lo largo del Apertura 2022.
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Jordi Cortizo al minuto 16 de tiempo corrido logró abrir el marcador, y para el 52’ lo hizo Martín Barragán. Antony Silva volvió a estar en plan grande y salvó en varias ocasiones al Puebla de que les anotaran.
Pero fue hasta el 77’ cuando Nicolás Ibáñez se convirtió en la pesadilla de los Poblanos. Al 77’ logró descontar y al 89’ puso las cifras parejas. 12 minutos le costaron a los hidalguenses sacar u punto del estadio Cuauhtémoc y ampliar una malaria que parece que no tiene cura para el Puebla.