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Miguel Ángel Vargas ha corrido las 35 ediciones del Maratón de la Ciudad de México. A sus 60 años de edad, la 36 no será la excepción.
Vargas recuerda cuando en 1983, junto con otros 7 mil 500 corredores, formó parte de la primera edición de la prueba más demandante en el .
“Corríamos con unos tenis planos que se nos deshacían. La ropa que usábamos en aquel tiempo era de algodón y no estaba hecha para correr. Tampoco tenía patrocinadores”, dijo Miguel Ángel, quien contó que había pocos puntos de abastecimiento para la hidratación y alimento sólido.
“Recuerdo que podías tomar agua casi cada 10 kilómetros. Te la servían en vasos, como si las botellas no existieran”.
Actualmente, el Maratón de la Ciudad de México se encuentra en la novena posición de la lista de los mejores del mundo, y buscará ascender a la categoría de oro en la clasificación de la IAAF.
La carrera del domingo tendrá puntos de avituallamiento cada 2.5 y 5 kilómetros, lo que Vargas ve como un gran avance que se ha hecho gracias a la gestión de Horacio de la Vega, director de Indeporte.
El capitalino por poco se pierde la edición de 2003 por una lesión en el pie derecho, en el que tiene ocho clavos. “Me fracturé jugando futbol unos meses antes. Mi familia me decía que no lo corriera, que lo dejara pasar. Cuando llegó el día, me amarré bien el pie, me fui a correr y al llegar a la meta me puse a llorar como niño”, dijo Vargas, quien catalogó ese maratón como el más significativo.
El de 1985, año del sismo, es otro de los que Miguel Ángel no olvida. “Nos cambiaron la ruta y la fecha. Todavía habían inmuebles derrumbados. La gente que estaba triste, o que había perdido algún familiar o su casa, salió a darnos su apoyo”. Él considera que aquel maratón fue para gente grande y valiente que supo aceptar las pérdidas.
En el de 2008, Don Maratón se lesionó el glúteo en los primeros 20 pasos. “En lo que te tienen ahí parado organizando todo, uno se enfría... acabé entre comillas y lloraba del coraje, pero saqué el orgullo y el carácter para terminar”.
Miguel Ángel Vargas aún no piensa en dejar de correr el Maratón, “es la parte de mi vida que de verdad es mía”.